MI EXPERIENCIA CON LA VIRGEN MARIA

Antes de escribir mi experiencia con la virgen lo pensé mucho, ya que quizás para algunos es mentira o estoy loca, pero algo en mi me dice que lo haga, puesto siento que para algunos esta experiencia será un motivo de alegría y esperanza.

Fue el 7 de mayo de 2010 para ser exacto, me encontraba en mi habitación, estaba terminando de hacer la coronilla de la divina misericordia y comencé hacer el rosario de la virgen Maria, estaba meditando en el tercer misterio, cuando de pronto me vi transportada a otro lugar, era un sitio amplio de un color blanco, cuando de pronto vi una luz arriba en ella se alcanzaba a distinguir un vestido que se movía con el viento, yo aun no podía ver de quien se trataba debido a la luz.

De pronto esa luz comenzó a descender y mientras lo hacia pude reconocer quien era, era la virgen maria, su manto y vestido eran blancos, al verla, mi corazón se emociono y me arrodille puse mi frente en el suelo y le dije. – Perdóname madre, se que hace tiempo no rezo tu rosario como debiera, todos los dias, porque me he dedicado hacer la coronilla de tu amadísimo hijo, perdóname, perdóname mientras lloraba.

Ella puso los pies en el suelo, estaba descalza, los vi porque en ese momento aun me encontraba con mi cabeza en el suelo. De pronto ella se agacho y me tomo de los hombros para levantar mi rostro, fue mágico cuando me encontré con tan hermosa imagen, era ella si, el corazón se lleno de gozo y yo lloraba también del amor que no me cabía en el cuerpo, le dije: - Hace tiempo que te esperaba y por fin has venido mamita ella me sonrió.

En ese instante, afloraron en mi muchas cosas que decirle: - Gracias madre por mi esposo se fuiste tu quien me lo enviaste, yo te lo pedí, un buen hombre y se que fuiste tu gracias, a veces mamita me siento que no perteneciera a este mundo deseo tanto ayudar a las personas, pero a veces me siento limitada..., en fin le dije todos mis temores.

Ella me miraba atenta mientras yo como una niña le contaba sus penas a su madre, a pesar de que lucia como una niña, me nacía del corazón decirle mamá, mamita, hasta que ella me dijo mientras acariciaba mi cabello y me secaba una lagrima : - Mi pequeña Ingrid, ese corazón tuyo es lo que mas amamos de ti mi hijo y yo, no te preocupes pequeña pronto llegaran cosas buenas para ti, solo ten fe hijita.

Le prometí mirándole a los ojos que siempre llevaría su medalla, siempre he sido creyente de la virgen milagrosa y tanto yo como mi esposo llevamos una al cuello ella me sonrió cuando se la mostré.

De pronto volví a verme en mi habitación y yo lloraba aun sostenía el rosario en la mano y lo termine con el corazón desbordado en amor por ella. Es hermosa, inspira amor, sencillez, piedad. Me siento inmensamente feliz y agradecida con mi madre María por permitirme verla.

PD: La imagen que esta en este relato, es la que mas parecido tenia, excepto sus ojos, que eran grandes y de un color azul oscuro