En la última aparición, octubre de 1917, la Virgen María dijo por fin su nombre: “Soy la Señora del Rosario”, y volvió a insistir en su recomendación: “Sigan rezando el rosario todos los días".

lunes, 26 de marzo de 2012

GRUPO DE ORACIÓN




Hola a todos mis cyberangelitos;
Como había publicado, en unión con mis blogs, cree un grupo de oración en el cual hacemos el santo rosario y pedimos por todas las peticiones que llegan al blog de oración de cristal y por las personas que así me lo piden, por ahora somos pocos, este domingo solo pudo asistir patricia, angélica y su hermana no pudieron, igualmente les comparto las fotografías.

Este domingo fue un día muy especial porque el ángel de Patricia se manifestó, es decir se dejo ver por mi y traía un hermoso mensaje para ella, que era que su padre se pondría bien, que se lo encomendara a María Rosa Mística, sentí el amor que traía y el agrado de nuestra madre bendita de que estuvieras reunidas en oración.

Espero que mas personas se unan a este grupo oración, ya que no hay nada mas lindo que estar unidos en tan hermosa acción que es pedir a Dios y nuestra madre la Virgen María por nuestros hermanos y por nuestras necesidades y también para agradecer las bendiciones que día a día nos dan.

De nuevo te invito a ti que vives en Cali y quieres participar, solo envíanos un email con tu teléfono a tiendatuangel@hotmail.com y a los que están fuera de Colombia unámonos en cadena de oración por favor, la oración tiene un gran poder sobre todo si sale del corazón.

lunes, 19 de marzo de 2012

Un momento de silencio... como San José

Así como hay dolor y alegría, así como hay inquietud y paz; así el hombre tiene en su vida dos cauces por donde transcurre su existencia: La palabra y el silencio.

La palabra, del latín parábola, es la facultad natural de hablar. Solo el hombre disfruta de la palabra. La palabra expresa las ideas que llevamos en nuestra mente y es el mejor conducto para decir lo que sentimos. Hablar es expresar el pensamiento por medio de palabras. Es algo que hacemos momento tras momento y no nos damos cuenta de que es un constante milagro. Hablar, decir lo que sentimos, comunicar todos nuestros anhelos y esperanzas o poder descargar nuestro corazón atribulado, cuando las penas nos alcanzan, a los que nos escuchan.

Nuestra era es la era de la comunicación y de la información. Pero la palabra tiene también su parte contraria: El silencio.

Nuestro vivir transcurre entre estos cauces: la palabra y el silencio. O hablamos o estamos en silencio.

Cuando hablamos "a voces" la fuerza se nos va por la boca... hablamos y hablamos y muchas veces nos arrepentimos de haber hablado tanto... Sin embargo el hablar es algo muy hermoso que nos hace sentir vivos, animosos y nos gusta que nos escuchen.

El silencio es un tesoro de infinito valor. Cuando estamos en silencio somos más auténticos, somos lo que somos realmente.

El silencio es algo vital en nuestra existencia para encontrarnos con nosotros mismos. Es poder darle forma y respuesta a las preguntas que van amalgamando nuestro vivir. ¿Quién soy? ¿De dónde vengo? ¿A dónde voy? Y va a ser en ese silencio donde vamos a encontrar las respuestas, no en el bullicio, en el ajetreo, en el nerviosismo, la música ruidosa, en el "acelere" de la vida inquieta y conflictiva porque es en el silencio y por el silencio donde se escucha la voz de Dios pues bien dicen que "Dios habla quedito"

Meditando en estas cosas pienso en José el carpintero de Nazaret. El hombre a quien se le encomendó la protección y el cuidado de los personajes más grandes de la Historia Sagrada y no nos dejó el recuerdo de una sola palabra suya. Nada nos dijo pero con su ejemplo nos lo dijo todo. Más que el más brillante de los discursos fue su testimonio callado y lleno de amor.

San José, el santo que le dicen: "Abogado de la buena muerte". Porque... ¿A quién no le gustaría morir entre los brazos de Jesús y de María como él murió?

José tuvo una entrega total. Una vida consagrada al trabajo, un desvelo, un cuidado amoroso para estos dos seres que estaban bajo su tutela y supo, como cualquier hombre bueno y padre de familia, del sudor en la frente y el cansancio en las largas jornadas en su taller de carpintería y supo del dolor en el exilio de una tierra extranjera y supo en sus noches calladas y de vigilia del orar a Dios mirando el suave dormir de Jesús y de María, pidiendo fuerzas para cuidar y proteger a aquellos amadísimos seres que tan confiadamente se le entregaban. No tuvo que hablar.

No hay palabras que superen ese silencio de amor y cumplimiento del deber. Ahí está todo. Ahí está Dios. En las pequeñas cosas de todos los días, en la humildad del trabajo cotidiano.

El no fue poderoso, él no tuvo un puesto importante en el Sanedrín, él... supo cumplir su misión y su silencio fue su mayor grandeza.

Las almas grandes no lo van gritando por las plazas y caminos, se quedan en silencio para poder hablar con Dios y Dios sonríe cuando las mira.

Que podamos tener cada día, aunque sean cinco minutos de silencio, para oír la voz de Dios.

Autor: Ma Esther De Ariño | Fuente: Catholic.net


lunes, 12 de marzo de 2012

LA LEYENDA DEL ROSARIO DE PÉTALOS DE ROSAS



 
Las viejas crónicas de la Orden del Carmen cuentan una historia
sencilla y emocionante a la vez.

Érase un Hermano lego, que se llamaba Joaquín; rudo y tosco como
un roble de las montañas de Castilla, pero cándido y bueno como un trozo de pan. No tenía letras, ni su cabeza estaba ya en condiciones
de aprenderlas, por lo que el Superior le encomendó guardar una
punta de ganado que poseía el Monasterio; los demás Hermanos le miraban con compasión, pero Fr. Joaquín estaba muy a su gusto
con el oficio, porque el campo le hablaba de Dios en el único
lenguaje que él entendía.

Con esto dicho se está que Fr. Joaquín era un lego muy piadoso y bueno. Hasta se llegó a susurrar por el Monasterio que Fr. Joaquín veía a la Virgen en el campo y que Esta le cuidaba el ganado mientras él rezaba, porque en sus muchos años de pastor nunca había extraviado una res,
ni el lobo voraz en los crudos días de invierno había hecho presa en
ninguna de ellas. La historia no dice si estas visiones tuvieron lugar o no, pero afirma que efectivamente Fr. Joaquín era muy devoto de
la Virgen y que todos los días le rezaba su rosario mientras
conducía su hato al aprisco acogedor. Esto era para él
una obligación sagrada, y nada ni nadie podían estorbar
su cumplimiento.



Cierto día se le olvidó el rosario en el Monasterio. ¿Cómo rezar
ahora su devoción favorita? El candoroso Hermano tuvo una idea original: a la vera de una ciénaga donde abrevaba el ganado,
crecía un juncal; arrancó de un tirón unos juncos verdes y con
ellos fue atando unas pedrezuelas de diez en diez que separó
con un palito atravesado, y así improvisó un rosario con el
que pudo cumplir con su devoción.
La Virgen se lo premió. Porque, cuenta la leyenda que al ir a
cerrar su rebaño en el aprisco colgó este original rosario de la
rama de un próximo enebro por si le necesitaba al día siguiente.
Y cuando con la luz del día se acercó al enebro para descolgar
su rosario, halló colgada en él una guirnalda de rosas blancas,
separadas de diez en diez por una rosa encarnada.
Era el rosario de Fr. Joaquín.
La noticia se corrió por el Monasterio y se quiso perpetuar
este regalo de la Virgen a su fiel devoto convirtiendo las
rosas en cuentas de rosario. Esta historia, con sabor de
leyenda medieval, es la que ha dado origen al rosario de
pétalos de rosa de olor permanente hecho con las rosas más
fragantes de Castilla y por procedimientos que se han venido transmitiendo en la Orden de generación en generación;
fragantes rosas de Castilla, que el azul intenso de su cielo cobra y
el clima duro de su suelo fija como ninguna otra región del mundo,
que ahora se tornan oración viva a la más perfumada de las rosas,
 la Rosa Mística, la gloriosa Virgen María.



Publicado por PP. Carmelitas de Burgos
(España)

viernes, 2 de marzo de 2012

¿Qué pide la Virgen?


 El principal llamado que nos hace Maria es a la Conversión, el hombre, creado por Dios, solo en Él encuentra la plenitud y la felicidad. La Virgen Maria nos invita a poner a Dios en el primer lugar de nuestras vidas, para así encontrar la verdadera paz en nuestro corazón. La espiritualidad de Medjugorje se basa en “5 piedras” dadas por la misma Virgen, estas “5 piedras” son:
La oración con el corazón
Especialmente el rezo del Santo Rosario. Maria nos invita a rezar esta humilde oración con el corazón y con atención, ya que la misma nos permite contemplar los momentos (misterios) mas importantes de la vida de Jesús con Maria. En la oración, nos dice Maria, podemos encontrar la solución a aún aquello que nos parece imposible.

La Santa Misa
Un día dijo Maria a los videntes: “entre una aparición mía yla Santa Misa, ustedes vayan a la Santa Misa, pues en la Santa Misa está Jesús.” Los videntes han dicho que es más importante comulgar que ser vidente. Ella nos invita a vivir la Santa Misa como una experiencia de Dios. Nos pide que preparemos la Misa yendo unos minutos antes, estando atentos y en estado de gracia, para de esta forma abrir el corazón para encontrarnos con Jesús que viene a nuestro encuentro.
 

La lectura de la Biblia 
Maria nos invita a leer, y especialmente a meditar, la Palabra de Dios frecuentemente. Nos invita a orar con la Biblia, a hacer un pequeño altar en nuestras casas, con una imagen de Jesús o Maria, agua bendita y la Sagrada Escritura, de tal forma que nos estimule a leerla y a meditarla.

El ayuno
También nos invita a hacer ayuno miércoles y viernes a pan y agua. El ayuno es una practica que realizaban los profetas, el mismo Jesús siendo Dios, ayuno durante 40 días; muchos fueron los santos que siguieron los pasos de Jesús con el ayuno. El ayuno es una tradición antiquísima de la Iglesia que lamentablemente se ha perdido en los últimos tiempos. En la Biblia vemos como en un momento se le acercan a Jesús sus discípulos y le preguntan por qué los discípulos de Juan el bautista ayunaban y ellos no lo hacían. El Señor les respondió que ahora no ayunaban porque Él estaba con ellos, pero que cuando Él se fuera ellos lo harían. De esta forma vemos la importancia de esta práctica tan contracultural en estos tiempos pero la cual es una herramienta poderosísima para abrir nuestro corazón a la gracia y al amor de Dios. No se trata de un mero auto-sufrimiento, sino de un sacrifico por un bien infinitamente mayor. El ayuno no es un fin en íi mismo, sino un medio poderosísimo que purifica nuestro corazón para el encuentro con Dios.

La confesión
Por último Maria nos invita al Sacramento de la reconciliación. Al igual que en la parábola del Hijo prodigo, Dios esta siempre esperándonos para perdonarnos, para sanar nuestro corazón herido por nuestros pecados. La Virgen nos invita a preparar bien este sacramento donde nos encontramos con la infinita misericordia de Dios, quien se alegra inmensamente al vernos volver a Él. Hoy día, los mismos cristianos hemos olvidado y dejado de practicar este importante Sacramento que nos sana y nos devuelve la verdadera paz. Muchos piensan que pueden pedir perdón a Dios desde sus casas, que no es necesario confesarse, que porque deben confesarse ante un Sacerdote. La respuesta a estas preguntas nos la da el mismo Jesús que le dijo a Pedro y en él a la Iglesia: “los pecados que desates en el la tierra, quedaran desatados en el cielo”. El mismo Cristo, dejó en manos de la Iglesia este Sacramento de amor que hoy la misma Virgen nos invita a celebrar con el corazón.
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