El principal llamado que nos hace Maria es a la Conversión, el
hombre, creado por Dios, solo en Él encuentra la plenitud y la
felicidad. La Virgen Maria nos invita a poner a Dios en el primer lugar
de nuestras vidas, para así encontrar la verdadera paz en nuestro
corazón. La espiritualidad de Medjugorje se basa en “5 piedras” dadas
por la misma Virgen, estas “5 piedras” son:
La oración con el corazón
Especialmente el rezo del Santo Rosario. Maria nos invita a rezar
esta humilde oración con el corazón y con atención, ya que la misma nos
permite contemplar los momentos (misterios) mas importantes de la vida
de Jesús con Maria. En la oración, nos dice Maria, podemos encontrar la
solución a aún aquello que nos parece imposible.
La Santa Misa
Un día dijo Maria a los videntes: “entre una aparición mía yla Santa
Misa, ustedes vayan a la Santa Misa, pues en la Santa Misa está Jesús.”
Los videntes han dicho que es más importante comulgar que ser vidente.
Ella nos invita a vivir la Santa Misa como una experiencia de Dios. Nos
pide que preparemos la Misa yendo unos minutos antes, estando atentos y
en estado de gracia, para de esta forma abrir el corazón para
encontrarnos con Jesús que viene a nuestro encuentro.
La lectura de la Biblia
Maria nos invita a leer, y especialmente a meditar, la Palabra de
Dios frecuentemente. Nos invita a orar con la Biblia, a hacer un pequeño
altar en nuestras casas, con una imagen de Jesús o Maria, agua bendita y
la Sagrada Escritura, de tal forma que nos estimule a leerla y a
meditarla.
El ayuno
También nos invita a hacer ayuno miércoles y viernes a pan y agua. El
ayuno es una practica que realizaban los profetas, el mismo Jesús
siendo Dios, ayuno durante 40 días; muchos fueron los santos que
siguieron los pasos de Jesús con el ayuno. El ayuno es una tradición
antiquísima de la Iglesia que lamentablemente se ha perdido en los
últimos tiempos. En la Biblia vemos como en un momento se le acercan a
Jesús sus discípulos y le preguntan por qué los discípulos de Juan el
bautista ayunaban y ellos no lo hacían. El Señor les respondió que ahora
no ayunaban porque Él estaba con ellos, pero que cuando Él se fuera
ellos lo harían. De esta forma vemos la importancia de esta práctica tan
contracultural en estos tiempos pero la cual es una herramienta
poderosísima para abrir nuestro corazón a la gracia y al amor de Dios.
No se trata de un mero auto-sufrimiento, sino de un sacrifico por un
bien infinitamente mayor. El ayuno no es un fin en íi mismo, sino un
medio poderosísimo que purifica nuestro corazón para el encuentro con
Dios.
La confesión
Por último Maria nos invita al Sacramento de la reconciliación. Al
igual que en la parábola del Hijo prodigo, Dios esta siempre
esperándonos para perdonarnos, para sanar nuestro corazón herido por
nuestros pecados. La Virgen nos invita a preparar bien este sacramento
donde nos encontramos con la infinita misericordia de Dios, quien se
alegra inmensamente al vernos volver a Él. Hoy día, los mismos
cristianos hemos olvidado y dejado de practicar este importante
Sacramento que nos sana y nos devuelve la verdadera paz. Muchos piensan
que pueden pedir perdón a Dios desde sus casas, que no es necesario
confesarse, que porque deben confesarse ante un Sacerdote. La respuesta a
estas preguntas nos la da el mismo Jesús que le dijo a Pedro y en él a
la Iglesia: “los pecados que desates en el la tierra, quedaran desatados
en el cielo”. El mismo Cristo, dejó en manos de la Iglesia este
Sacramento de amor que hoy la misma Virgen nos invita a celebrar con el
corazón.