Mensaje del 2 de mayo de 2013 en Medjugorje, Bosnia-Herzegovina
"¡Queridos hijos!, de nuevo los invito a amar y a no juzgar. Mi Hijo, por
voluntad del Padre Celestial, estuvo entre ustedes para mostrarles el camino de
la salvación, para salvarlos y no para juzgarlos. Si ustedes desean seguir a mi
Hijo, no juzguen, sino amen como el Padre celestial los ama. Cuando se sientan
muy mal, cuando caigan bajo el peso de la cruz, no se desesperen, no juzguen,
sino recuerden que son amados y alaben al Padre Celestial por Su amor. Hijos
míos, no se desvíen del camino por el que los guío, no corran imprudentemente
hacia la perdición. Que la oración y el ayuno los fortalezcan para que puedan
vivir como el Padre Celestial desea, para que sean mis apóstoles de la fe y del
amor, para que vuestra vida bendiga a quienes encuentran, para que sean uno con
el Padre Celestial y mi Hijo. Hijos míos, esta es la única verdad. La verdad que
lleva a vuestra conversión, y luego a la conversión de todos los que ustedes
encuentran, que no han conocido a mi Hijo, de todos los que no saben qué
significa amar. Hijos míos, mi Hijo les ha dado pastores, ¡cuídenlos, oren por
ellos! Les agradezco."
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