En la última aparición, octubre de 1917, la Virgen María dijo por fin su nombre: “Soy la Señora del Rosario”, y volvió a insistir en su recomendación: “Sigan rezando el rosario todos los días".

viernes, 21 de enero de 2011

El amor de María llena nuestro corazón


Si uno de veras cree en este amor que le tiene María Santísima como madre ¿podrá sentirse desgraciado? ¿Podrá sentirse desesperado?
Autor: P Mariano de Blas LC | Fuente: Catholic.net

Dios es amor.

María Santísima es también amor.

Podríamos decir que María es el lado misericordioso y tierno del amor de Dios.
“Tú sola, Virgen María, le curas a Dios de todas las heridas que le hacemos los hombres. Por ti sola valió la pena la redención, aunque, afortunadamente, hay otras y otros que se han tomado en serio la redención ".

Este amor tuyo que, por un lado, sube hasta Dios y, por lo tanto, tiene toda la gratitud de una creatura, toda la profundidad de una madre, toda la pureza de una virgen; por otro lado, se dirige a nosotros, hacia la tierra, hacia tus hijos.

Cómo me impresionó -y aparte al principio no lo creí- leer aquellas palabras de San Alfonso María de Ligorio: "Si juntáramos el amor de todos los hijos a sus madres, el de todas las madres a sus hijos, el de todas las mujeres a sus maridos, el de los santos y los ángeles a sus protegidos: todo ese amor no igualaría al amor que María tiene a una sola de nuestras almas". Primero, no lo creí porque era demasiado grande para ser cierto. Hoy, lo creo, y posiblemente estas palabras de San Alfonso se quedaron cortas.

Yo me pregunto: si uno de veras cree en este amor que le tiene María Santísima como madre ¿podrá sentirse desgraciado? ¿Podrá sentirse desesperado? ¿Podrá vivir una vida sin alegría, sin fuerza, sin motivación? ¿Podrá alguna vez, en su apostolado, llegar a decir "no puedo, me doy"? ¿Podrá algún día decir : "renuncio al sacerdocio y lo dejo"? Si Cristo, por nosotros, dio su sangre, su vida, ¿qué no dará la Santísima Virgen por salvarnos? Ella ha muerto crucificada, espiritualmente, por nosotros. A Cristo le atravesaron manos y pies por nosotros; a ella una espada le atravesó el alma, por nosotros. Si Él dijo: "He ahí a tus hijos" ¿cómo obedece la Santísima Virgen a Dios? Entonces, cuánto nos tiene que amar. Y si somos los predilectos de su hijo: "vosotros sois mis amigos", somos también los predilectos de Ella.

El amor de María llena nuestro corazón, debe llenarlo. El amor de una esposa no es el único que puede llenar el corazón de un hombre como yo. El amor de María Santísima es muchísimo más fuerte, rico, tierno, confortante, que el de todas las esposas de la tierra. El amor de mi madre celestial llena, totalmente, mi corazón. Una mirada, una sonrisa de María Santísima, me ofrecen más que todo lo que pueden darme todas la mujeres de la tierra juntas.

¿Cuál debe ser mi respuesta a tan grande y tierno amor?

Como Juan Pablo II debemos decir cada uno de nosotros, también, "totus tuus": todo tuyo y para siempre. Aquella expresión que el Papa nos decía: "Luchando como María y muy juntos a María", que le repitan siempre: "totus tuus".

¿Por qué no llevarme a todas partes a la Santísima Virgen? En el pensamiento, en el corazón, y también, en una imagen, en un cuadro: su presencia es benéfica. Yo tengo en mi despacho y en mi cuarto una imagen de la Santísima Virgen. Con mucha frecuencia la miro, con mucha frecuencia le hablo y, también, la escucho. Siento su presencia y su amor a través de esa imagen.

martes, 18 de enero de 2011

La Virgen Maria Biblia, Tradición Y La Cuestión Protestante


CURIA DEL ARZOBISPADO DE MEXICO
SECRETARIA DE CAMARA Y GOBIERNO MEXICO D.F.

NIHIL OBSTAT
P. José Luis G. Guerrero
Por disposición del Emmo Sr. Arzobispo Primado de México
se concede el IMPRIMATUR
Mons. Rutilio S. Ramos R. Vicario Gral.
México, D.F.,12 de diciembre de 1997


"La Virgen María Biblia Y Tradición Y La Cuestión Protestante

- Biblia y Tradición-

En el Antiguo Testamento es como una gran profecía o anuncio de la venida de Jesucristo Nuestro Señor, Redentor de la humanidad; pero muy poco encontramos en él acerca de la Santísima Virgen María.

Sin embargo ya desde el principio, en el Libro del Génesis aparece la figura de aquella mujer de la que habrá de nacer el Salvador. Cuando Dios maldice a la serpiente o Satanás, le dice: "Enemistad pondré entre ti y la mujer y entre tu linaje y su linaje: él te pisará la cabeza mientras acechas tú su talón". (Gén.3,15)
Con razón la Iglesia llama a este texto el Protoevangelio o sea, el primer anuncio de la buena nueva. Al anunciar a Jesucristo se menciona a la que lo va a dar a luz.

Dos Profetas: Isaías y Miqueas, ocho siglos antes de Cristo, hablan también de la Virgen María. Es importantísimo el versículo de Isaías en donde le promete al rey Ajaz la señal esperada: "He aquí que una virgen está encinta y va a dar a luz un hijo y le pondrá por nombre Emmanuel" (Is.7,14).

Por su parte Miqueas, contemporáneo de Isaías, menciona también "Al tiempo en que dé a luz la que ha de dar a luz" (MI.5,2)

María en los evangelios.

El personaje central y absoluto del Nuevo Testamento, es Jesucristo y no debe extrañarnos la parquedad de referencias a la Virgen Santísima. Pero las pocas citas que nos hablan de Ella, han sido suficientes para que la Iglesia, con grande amor, la conozca profundamente y la venere con especial predilección.

Listamos a continuación, las citas de los Evangelios que de manera especial se refieren a la Virgen María:
· El ángel anuncia a la Virgen María la maternidad divina. (Lc. 1,26-38)
· María visita a su prima Isabel. (Lc.1,39-45)
· María entona el Magnificat. (Lc.1,46-56)
· El ángel anuncia a José el nacimiento de Jesús. (Mt. 1, 18-25)
· Genealogía de Jesús, según la línea del Rey David.- (Mt. 1, 1 - 1 7; Le.3,23-38)
· Jesús nace en Belén (Lc.2,1-7)
· Adoración de los pastores. (Lc.2,8-20)
· Circuncisión de Jesús. (Lc. 2,21)
· Presentación en el Templo. (Lc.2,22-38)
· Adoración de los magos de Oriente. (Mt.2,1-12)
· La Sagrada Familia huye a Egipto. (Mt.2,13-15)
· Jesús con los doctore!. (Lc.2,41-50)
· Jesús en Nazaret. (Lc.2,39-40; 51-52)
· En Caná de Galilea, Jesús realiza su primer milagro. (Jn.2,1-12)
· Quien hace la voluntad de Dios, este es mi hermano. (Mt.12, 46-50; Mc.3,31-35; Lc.8,19-21 y 11,27-28)
· Jesús nos da a su Madre. (Jn. 1 9,25-27)

Ninguno de los cuatro Evangelistas, nos relata la historia de María, o nos describe su persona; pero estudiando y analizando las citas en que los cuatro hablan de Ella, podemos llegar a conocer profundamente a la Madre de Jesucristo.

San Mateo, relata con detalle cómo Cristo vino al mundo, de la concepción virginal por obra del Espíritu Santo. En su relato, muy de acuerdo con las tradiciones semíticas, San José aparece en primer término: recibe los mensajes divinos, toma las decisiones adecuadas, mientras María permanece humilde y silenciosa a su lado.

San Marcos, siendo el Evangelista más sintético, la menciona una sola vez (3,31-35) para proclamar la superioridad de la maternidad espiritual sobre la maternidad física.
San Lucas por su parte, habiendo investigado todo lo relacionado a Jesús, es el que sitúa a María a plena luz del Evangelio, al narrarnos con todo detalle en sus capítulos 1 y 2, la infancia de Jesús. Es el que nos permite entrever la profunda personalidad de la Virgen María y ya no en su Evangelio, sino en los Hechos de los Apóstoles, nos la presenta en el nacimiento de la Iglesia cuando con los Apóstoles "perseveraba en la oración antes de Pentecostés" (Hech. 1, 1 4)

San Juan, por su parte es testigo y relator del primer milagro de Jesús en las bodas de Caná de Galilea y también testigo ocular de cómo la Virgen Madre permanece de pie junto a la cruz en el Calvario.

Bastaría considerar atentamente tres escenas de los Evangelios: La Anunciación, Las Bodas de Caná y María al pie de la Cruz, para comprender la grandeza de esta mujer para amarla y venerarla como lo hace la Iglesia Católica.

La Anunciación.


Infinidad de artistas se han inspirado en el sublime momento en que el Arcángel San Gabriel saluda a María de Nazaret con las palabras: "Salve, llena de Gracia". Ella turbada por dicho saludo, recibe el anuncio de que ha sido elegida por Dios para ser la Madre de su Hijo Unigénito. Y a pesar de estar ya comprometida en matrimonio con San José, dando muestra de una fe, humildad, valentía y abandono en las manos de Dios, pronuncia las palabras más importantes en la historia de la humanidad: "Hágase en mí según tu palabra" permitiendo en ese instante el prodigio de la Encarnación.

Dios se hace hombre en su seno purísimo y comparte desde entonces nuestra humanidad. Porque María supo decir Si a la voluntad de Dios, dio comienzo el embarazo más glorioso de la historia y la Redención de la humanidad se hizo posible. En el saludo del Arcángel a la Virgen María, descubrimos nada menos que su inmaculada Concepción. En efecto al llamarla "LLENA DE GRACIA", el Ángel declara que la Virgen María ha gozado de la plenitud del Espíritu Santo, lo que excluye automáticamente el pecado original, ya que si en algún momento María hubiera estado en pecado, aunque no hubiera sido más que por un instante, ya no sería la llena de Gracia. Es por este texto principalmente, que la Iglesia declaró el Dogma de la inmaculada concepción, que siempre habíamos creído, en 1854 y que Ella misma ratificó en Lourdes, Francia, en 1858, al definirse ante Santa Bernardita como "Yo soy la inmaculada Concepción".

Las Bodas de Caná

Los Evangelios nos relatan cómo en el pueblecito de Caná de Galilea, la Virgen Santísima asistió invitada a una boda, y también llegaron Jesús y sus discípulos. María es la mujer atenta, servicial, la gran ama de casa que se da cuenta de que el vino de la fiesta se ha terminado. "Hijo, no tienen vino" (Jn.2,3) ¿Por qué la Virgen acudió a su Hijo?, ¿Qué esperaba que él hiciera?, ¿Por qué confió tanto en él? No lo sabemos, pero el hecho es que su intercesión provocó el primer milagro de Jesucristo "y sus discípulos creyeron en él". En este pasaje se revela que el poder es de él, la intercesión de Ella.

Con la confianza de ser escuchada por su Hijo, dice a los criados: "Haced lo que él os diga", así pués, cuando acudamos a la Virgen Santísima en alguna necesidad, estemos dispuestos a cumplir en todo la voluntad de Dios.

María Al pie de la Cruz.


Durante la vida pública del Señor, la Virgen María permanece prudentemente en la sombra, confundida entre la muchedumbre, relativamente cerca de su Hijo, meditando sus palabras en su corazón, como la primera discípula de Cristo.
Desde la presentación en el Templo, cuando Jesús tenía 40 días de nacido, María había recibido del anciano Simeón una premonición angustiante: "Mira, este niño está destinado a ser la caída y el resurgimiento de muchos en Israel como signo de contradicción. Y a ti misma una espada te atravesará el alma" (Lc.2,34-35)
Más tarde, el relato del testigo presencial de lo que sucedió en el Calvario, San Juan, es sumamente conmovedor. María, la que pasaba desapercibida en los triunfos de Jesús, aparece en un primer plano en el momento del dolor. "Junto a la Cruz de Jesús, estaban su Madre, María mujer de Cleofás, y María Magdalena" (Jn.19,25).

Es la Virgen Dolorosa con siete puñales clavados en su Corazón Inmaculado.
Y a continuación San Juan nos relata lo que pasó: "Jesús viendo a su Madre y junto a Ella al discípulo que amaba, dice a su Madre: "Mujer, ahí tienes a tu hijo; luego dice al discípulo: Ahí tienes a tu madre y desde aquella hora el discípulo la acogió en su casa". (Jn. 1 9,26-27)

Escena llena de misterio; ciertamente Jesús se preocupa por el futuro de su Madre. Habiendo ya muerto San José (no aparece ni una sola vez en la vida pública de Jesucristo) y no teniendo el Señor hermanos carnales, quedaba María desamparada.

San Juan es el único de los apóstoles presente en la muerte de Cristo, es el Apóstol virginal que recibe en herencia nada menos que a la Madre de Dios; Jesús en San Juan nos la hereda por Madre a la Madre del Salvador, a la Siempre Virgen María
¡Todo esto lo rechazan los protestantes! son huérfanos y no cuentan con el consuelo maternal que la Santísima Virgen ha prodigado a la Iglesia, durante 20 siglos.

Maria en la tradición de la Iglesia


La verdad de la Palabra de Dios, sólo la encontrarnos en la Tradición de la Iglesia, depositaria del testimonio de los Apóstoles.
No olvidemos que la Tradición, o sea, la transmisión de la Fe de generación en generación, es anterior al Nuevo Testamento. Por Tradición la Iglesia aceptó los libros inspirados del Antiguo Testamento, y por Tradición los Evangelistas escribieron sus Evangelios y por Tradición, ya que él no estuvo presente, San Pablo recibió y nos trasmite a su vez lo que sucedió en la Última Cena.

Ciertamente, tanto en la Biblia, como en la Tradición, el personaje central es Jesucristo, pero ya desde los primeros siglos de la Iglesia, aparece la Virgen María indisolublemente ligada al Misterio Pascual, centro del culto católico.
Ya a mediados del Siglo II existe una homilía de San Melitón de Sardes, en la que se lee este bellísimo texto:

"El es quién se hizo carne de una Virgen quién fué colgado de un madero, quién fué sepultado en la tierra, quién resucitó de entre los muertos, quién fué elevado a las alturas de los cielos, El es el cordero sin voz, El es el cordero degollado, Es el nacido de María, la hermosa Cordera".

La Iglesia fué poco a poco conformando lo que llamamos el Año Litúrgico, que es el ciclo de tiempos y celebraciones con los cuales la Iglesia celebra y enseña todo lo relacionado con la Obra Salvadora del Señor Jesús.

El Año Litúrgico

El Año Litúrgico comienza en Adviento, el último domingo de noviembre, es tiempo de preparación y penitencia para Navidad, por eso el Sacerdote lleva ornamentos morados; sigue la Navidad, de grande alegría y festividad por el Nacimiento del Niño Jesús.

Continúa algún tiempo llamado "ordinario" para llegar al Miércoles de Ceniza que marca el inicio de la Cuaresma, otra vez tiempo de penitencia y preparación para la Semana Santa, en la que conmemoramos la Institución de la Sagrada Eucaristía, la Pasión, Muerte y Gloriosa Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo.
Siguen varios domingos de Pascua, esperando el Jueves de la Ascensión, y Pentecostés que festeja el nacimiento de la Iglesia. Continúa el llamado "tiempo ordinario" hasta completar 34 semanas, que culmina con la celebración de la Fiesta Cristo Rey del Universo, generalmente el tercer domingo del mes de noviembre.

Naturalmente, dentro de la Liturgia y tradición de la Iglesia, aparece paulatinamente, la memoria de la Santísima Virgen en festividades que conmemoran los principales acontecimientos y verdades que sobre Ella se han aceptado siempre, algunas de las cuales ha sido necesario declarar dogmas de fe, a saber:

Que es la Madre de Dios.
(1º de enero) Dogma declarado por el Concilio de
Efeso en el año 431 e incorporado a las oraciones oficiales de la Iglesia.

La inmaculada Concepción.
(8 de diciembre) Es el Dogma declarado por el Papa Pío IX en 1854, acerca de que la Santísima Virgen María fué concebida sin pecado original.

La Asunción de la Virgen María a los Cielos.
(15 de agosto) Dogma declarado por el Papa Pío XII en 1950, acerca de que la Santísima Virgen fué llevada al Cielo en cuerpo y alma.

Tanto en Oriente como en Occidente, se fueron celebrando fiestas marianas. Antiguos sacramentarios romanos nos hablan de cuatro grandes fiestas marianas: La Anunciación, la Navidad, la Presentación y la Asunción.

Además de estas solemnes festividades, hay otras muchas a lo largo del Año Litúrgico, en las que celebramos, no solamente aquellos hechos que surgen de la palabra de Dios, sino también los emanados de otras fuentes como son las principales apariciones de la Santísima Virgen María, reconocidas por la Iglesia, a saber: Tepeyac (1531), Lourdes (1858), Fátima (1917) y otras devociones populares.

La cuestión protestante


Toda la cuestión protestante se basa en lo que ellos llaman la libre interpretación de la Biblia. Según ellos, toman su Biblia, invocan al Espíritu Santo, y descubren sin más, las verdades reveladas.

Si esto fuera así de fácil, ¿cómo pueden explicar la infinita variedad de interpretaciones por demás contradictorias que dan lugar a la no menos infinita variedad de iglesias, sectas, creencias, etc. que configuran actualmente el universo protestante?, ¿Dónde quedó el Espíritu Santo?

La Libre interpretación de la Biblia, ha dado lugar a algo tan sorprendente y absurdo corno lo que sigue, tomado del noticiario protestante Milamex del 31 de julio de 1997.

"La mujer de las 12 estrellas"


"Una mujer vestida de sol, con la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de 12 estrellas" (Apoc.12,1) puede referirse a la Unión Europea, debido a que su bandera ostenta una corona de 12 estrellas, declaró recientemente el Rev. lan Paisley, lider evangélico irlandés, durante una convención en Tuebingen, Alemania.

Esta extraña interpretación, se ha visto modificada en el año de 1997, en el que ya no son 12, sino 16 las estrellas de los paises que forman la Unión Europea, y pueden aumentar con nuevos ingresos.

Objeciones protestantes


Entre las innumerables objeciones protestantes a la Iglesia Católica, debemos considerar las relacionadas con el culto que profesamos a la Santísima Virgen María y a los Santos, a quienes dicen que adoramos porque nos hincamos ante sus imágenes.

Creemos haber dejado en claro las razones que tenemos los católicos para la veneración que damos a nuestra Madre María Santísima, pero no podemos negar que hay algunas devociones imprudentes y expresiones equivocadas que se prestan a malas interpretaciones; pero poco ha reflexionado quien no distinga la diferencia que hay entre adorar y venerar.

Adorar en el estricto sentido de la palabra, es reconocer a Dios, como Creador del Universo. En cambio venerar es simplemente una muestra de respeto. Así pues, arrodillarse ante una imagen no es de ninguna manera un acto de adoración, porque a nadie se le ocurre que el santo representado, sea el Creador del Universo.
Las oraciones diarias del cristiano, el Padre Nuestro y el Ave María, nos explican bien la diferencia que hay entre estas dos acciones.

En el Padre Nuestro, la oración que Nuestro Señor Jesucristo nos enseñó, nos dirigimos a Dios como Creador y Padre, dispensador de todos los bienes, a quien pedimos perdón y protección del maligno. Es una oración sublime de ADORACION.

En cambio, en el Ave María, se reza a la Santísima Virgen de muy diferente manera; en ella no hacemos más que repetir las palabras que el Arcángel San Gabriel le dijo en la Anunciación y las de Santa Isabel en la visita que le hace la Santísima Virgen y le pedimos RUEGUE POR NOSOTROS,

El poder de intercesión de la Virgen María, no solamente es un hecho irrefutable en la historia, sino que ha dado pie a considerarla Corredentora y Medianera de todas las Gracias.

Estos títulos hay que comprenderlos evidentemente no en plan de igualdad y competencia, sino tan solo en el de cooperación y simultaneidad con Cristo.

El poder de intercesión puede ser extensivo a los Santos, a los "Amigos de Dios". Las imágenes que hay en las iglesias y en nuestros hogares no son más que "retratos" de quienes han "Amado a Dios sobre todas las cosas en grado heróico" y que la Iglesia nos propone como modelos de conducta, e intercesores ante Dios Todopoderoso.

Es natural y lo vemos cotidianamente, que cuando queremos un favor especial de alguna autoridad, se recurra a personas que puedan influir a nuestro favor, lo vemos por ejemplo en Jn.1 2, 20-22 "Entre los que subían para adorar en la fiesta, había algunos griegos, estos se acercaron a Felipe, que era de Betsaida en Galilea, y le hicieron este ruego: -Señor, deseamos ver a Jesús- Felipe fué y se lo dijo a Andrés y los dos fueron a decirlo a Jesús".

La Virgen, Imagen Ideal de la Iglesia.


En la Virgen, la Iglesia admira y ensalza el fruto más espléndido de la redención y la contempla gozosamente como una Purísima imagen de lo que ella misma toda entera ansía y espera ser.
Const. Sagrada Liturgia, n.9 103.

sábado, 15 de enero de 2011

María ... ¿Fue siempre virgen?


¿Podemos decir que María siempre fue virgen?
Todos los cristianos aceptan a María como Madre de Jesús; pero mientras los católicos hablamos de ella como «la Virgen María», las otras religiones cristianas y muchas sectas no quieren decir ni reconocer que María es siempre virgen. Muchos dicen, simplemente, que María tuvo más hijos y por eso no pudo ser «virgen».
En una carta anterior ya les hablé de los «hermanos de Jesús» y les aclaré que no hay ningún fundamento bíblico para decir que María tenía más hijos. En esta carta les quiero hablar, a partir de la Biblia, acerca de María siempre virgen.

La concepción virginal de María

El hecho de la virginidad de María en el nacimiento de su hijo Jesús se afirma claramente en la Biblia:

Mt. 1,18: «El nacimiento de Jesús fue así: Estando desposada María, su madre, con José, antes que se juntasen, se halló que había concebido del Espíritu Santo».

Lc. 1, 30-35: «El ángel Gabriel le dijo: María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios... y ahora concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo... María dijo al ángel: ¿Cómo será esto? pues no conozco varón. Respondiendo el ángel le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti... y el Ser Santo que nacerá de ti será llamado Hijo de Dios».

Juan 1, 13: «El que nació no de la sangre, ni del deseo de carne, ni del deseo de hombre, sino que nació de Dios».

Estos tres textos bíblicos son testimonios sólidos para afirmar el hecho de la virginidad de María en la concepción de Jesús.

2. ¿Quiso María esta virginidad?

El Evangelio dice que «María era una virgen desposada con un hombre llamado José» (Lc. 1, 27). Este matrimonio de María con José nos mueve, a primera vista, a decir que María no quiso esta virginidad.
Sin embargo, el evangelista Lucas nos ofrece otros datos acerca de este compromiso matrimonial.

Leamos atentamente en el Evangelio de Lucas 1, 26-38: En este relato bíblico vemos cómo Dios respeta a los hombres. El no nos salva sin que nosotros mismos queramos. Jesús el Salvador ha sido deseado y acogido por una madre, una jovencita que, libre y conscientemente, acepta ser la servidora del Señor y llega a ser Madre de Dios.

Vers. 26: «Al sexto mes el ángel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un varón que se llamaba José. José era de la casa de David y el nombre de la virgen era María».

San Lucas usa dos veces la palabra «virgen». ¿Por qué no dijo «una joven» o «una mujer»? Sencillamente porque el escritor sagrado se refería aquí a las palabras de los profetas del A. T. que afirmaban que Dios sería recibido por una «virgen de Israel» (Is. 7, 14): «El Señor, pues, les dará esta señal: la Virgen está embarazada y da a luz un varón a quien le pondrás el nombre de Emmanuel».

Durante siglos, Dios había soportado que su pueblo de mil maneras le fuera infiel y había perdonado sus pecados. Pero el Dios Salvador, al llegar, debería ser recibido por un pueblo virgen que hubiera depuesto sus propias ambiciones para poner su porvenir en manos de su Dios. Dios debía ser acogido con un corazón virgen, o sea, nuevo y no desgastado por la experiencia de otros amores.
-Incluso en tiempos de Jesús, muchos al leer la profecía de Is. 7, 14 sacaban la conclusión de que el Mesías nacería de una madre Virgen. Ahora bien, el Evangelio nos dice: María es la virgen que da a luz al Mesías.

-Vers. 34-35: María dijo al ángel: «¿Cómo será esto, pues no conozco varón?» Contestó el ángel: «El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra, por lo cual el Santo que de ti nacerá será llamado Hijo de Dios».

Aunque María es la esposa legítima de José, la pregunta de ella al ángel indica el propósito de permanecer virgen.

El ángel precisa que el niño nacerá de María sin intervención de José. El que va a nacer de María en el tiempo es el mismo que ya existe en Dios, nacido de Dios, Hijo del Padre (Jn. 1, 1). Y la concepción de Jesús en el seno de María no es otra cosa que la venida de Dios a nuestro mundo.

¿Qué significa «la sombra» o «la nube» en este texto bíblico?

Los libros sagrados del Antiguo Testamento hablan muchas veces de «la sombra» o «la nube» que llenaba el Templo (1 Reyes 8, 10), signo de la presencia divina que cubría y amparaba a la ciudad Santa (Sir. 24, 4). Al usar esta figura, el Evangelio quiere decir que María pasa a ser la morada de Dios desde la cual El obra sus misterios. El Espíritu Santo viene, no sobre su Hijo, sino que primeramente viene sobre María, para que conciba por obra del Espíritu Santo.

¿Había pensado María en consagrar a Dios su virginidad antes que viniera el ángel?

El Evangelio no da precisiones al respecto, solamente encontramos la palabra de María: «No conozco varón» o «no tengo relación con ningún varón». (Lc. 1, 34).
Recordemos que María ya está comprometida con José (Lc. 1, 27) lo que según la ley judía, les da los mismos derechos del matrimonio, aunque no vivan todavía en la misma casa (Mt. 1, 20).
En estas condiciones, la pregunta de María: «¿Cómo podré tener un hijo, pues no conozco varón?» (Lc. 1, 34) no tendría ningún sentido, si María no estuviese decidida ya a mantenerse virgen para siempre. María es la esposa legítima de José. Si este matrimonio quiere tener relaciones conyugales normales, el anuncio del ángel referente a su maternidad no puede crearle ningún problema. Sin embargo, María manifiesta claramente su problema: «pues no conozco varón». Además esa pregunta de María permite otra traducción válida en la mentalidad de los judíos: «¿Cómo será eso, pues no quiero conocer varón?». Sin duda esta pregunta de María indica en la Virgen un firme propósito de permanecer virgen.

Algunos tendrán dificultades para aceptar esta decisión de María y dirán que tal decisión es sorprendente por parte de una joven judía; porque es sabido que Israel no daba gran valor religioso a la virginidad.

No debemos olvidar que en la Palestina de entonces había grupos de personas que vivían en celibato (los esenios) y con su estilo de vida esperaban la pronta venida del Mesías. Por otra parte el celibato o la virginidad de por vida no existía para mujeres que, según la costumbre judía, por orden de su padre tenían que aceptar un matrimonio impuesto. Por eso la joven María que quería guardar virginidad, difícilmente podía rechazar este compromiso matrimonial impuesto. Y por eso ella había aceptado este compromiso con José, pero con la decisión de permanecer virgen.
Como conclusión podemos decir que este texto bíblico es favorable a la voluntad de virginidad de María.
Además está claro en la Biblia que María tenía como hijo único a Jesús y que no tuvo más hijos.

¿Qué sentido tiene la virginidad ?

María no expresa sus motivos, pero todo lo que Lucas deja entrever del alma de María supone que ella tenía motivos elevados. Por medio del ángel, Dios la trata de «muy amada», «llena de gracia», «el Señor está con ella». Y María quiere ser su «sierva», con la nobleza que da a esta palabra la lengua bíblica: «Yo soy la servidora del Señor, hágase en mí lo que has dicho» (Lc. 1, 38). Su virginidad parece así una consagración, un don de amor exclusivo al Señor.
Mucha gente moderna se extraña ante tal decisión de María: ¿Cómo pensaría María en mantenerse virgen en el matrimonio, especialmente en el pueblo judío, que no valoraba la virginidad? Incluso en las iglesias no-católicas muchas personas al leer en el Evangelio la expresión «hermanos de Jesús» concluyen sin más que María tuvo otros hijos después de Jesús. (En otra carta les he hablado claramente de este asunto y está muy claro en la Biblia que Jesús no tenía hermanos en el sentido estricto de esta palabra).
Pero lo grave es que muchas sectas están deseosas de negar sin más la virginidad de María. ¿A qué se debe esto? Sin duda que a vanos prejuicios y a falta de conocimientos bíblicos. ¿O será por el prurito de buscarle «peros» y dificultades a la religión católica?
Virgen debía ser aquella que, desde el comienzo, fue elegida por Dios para recibir a su propio Hijo en un acto de fe perfecta. Ella, que daría a Jesús su sangre, sus rasgos hereditarios, su carácter y su educación primera, debía haber crecido a la sombra del templo de Jerusalén, como dice una antigua tradición, y el Todopoderoso, cual flor secreta que nadie hiciera suya, la guardó para sus divinos designios. Es por eso que María renunció a todo menos al Dios vivo. Y así en adelante ella será el modelo de muchos que, renunciando a muchas cosas, entrarán al Reino y obtendrán la única recompensa que es Dios.

Consideración final

Para un hombre o una mujer creyente, no es cosa excepcional renunciar definitivamente al sexo, es decir, a tener relaciones sexuales. Hay un sinnúmero de ejemplos de jóvenes que, desde muy temprano, han intuido que este camino evangélico es un camino más directo para acercarse mejor a Jesús: Sor Teresa de Los Andes, el Padre Hurtado y tantos otros. ¿Acaso María era menos inteligente que ellos o menos capaz de percibir las cosas de Dios? ¿No podía ella captar por sí misma lo que dirá Jesús respecto a la virginidad elegida por amor al Reino? (Mt. 19,12). Y después de ser visitada en forma única por el Espíritu Santo, que es el soplo del amor de Dios, ¿necesitaría María todavía las caricias amorosas de José? Si la historia de la Iglesia nos proporciona tantos ejemplos del amor celoso de Dios para quienes fueron sus amigos y sus santos, ¿cómo iba a ser menos para aquella mujer, María, que fue «llena de gracia»?
¡Qué torpeza inconsciente son las sinrazones de aquellos que se olvidan de la Tradición de los Apóstoles, la cual proclama que María fue y permaneció siempre virgen!
Rechazar la virginidad de María... ¡qué manera de rebajar las maravillas de Dios!
María deseaba ser totalmente de Dios y con el «sí» de la Anunciación ella se consagró total y exclusivamente al plan de Dios: «He aquí la sierva del Señor, hágase en mí conforme a tu palabra» (Lc. 1, 38).
Realmente es incomprensible la fobia de algunos de nuestros hermanos evangélicos que tratan de denigrar y rebajar la dignidad de María. Nunca predican sobre ella, y en repetidos casos han destruido sus imágenes. Nosotros tenemos que tener bien fundamentado nuestro culto y veneración por María y tenemos que seguir proclamando sus alabanzas, tal como ella ya lo anticipó en el canto del Magnificat.
Por otra parte, María aparece unida a Jesús en la encarnación, en el nacimiento, vida, pasión y muerte de su Hijo Jesús y también en la primitiva Iglesia. Ahora bien, el mismo Jesús dice: «Lo que Dios ha unido no lo separe el hombre». Honremos pues a María y redoblemos nuestros esfuerzos por quererla, por nosotros y por quienes la desconocen.

Décima del Canto a lo Divino:

Bendita sea tu pureza
y eternamente lo sea
pues todo un Dios se recrea
en tan graciosa belleza.
A ti, celestial princesa
Virgen sagrada María
yo te ofrezco en este día
alma, vida y corazón,
mírame con compasión,
no me dejes, Madre mía.


Cuestionario

¿Qué dicen las sectas sobre la virginidad de María? ¿Cómo fue la concepción de Jesús? ¿Cómo se anunciaba la venida del Mesías? ¿Qué profecías se cumplen en ella? ¿Qué sentido tenía la virginidad para María? ¿Por qué contrajo matrimonio si no pensaba tener hijos? ¿Hasta qué punto María se sometió al plan de Dios? ¿Por qué las sectas rechazan la virginidad de María? ¿Cómo hay que interpretar los textos en que se habla de «los hermanos de Jesús»?

martes, 11 de enero de 2011

Cómo y por qué reconoce la Iglesia las apariciones de la Virgen


ROMA, miércoles, 14 mayo 2008 (ZENIT.org).- El pasado 4 de mayo, durante una misa celebrada en la ciudad de los Alpes franceses de Laus, el obispo de Gap, monseñor Jean-Michel di Falco, notificó la aprobación oficial de la Iglesia de las apariciones de la Virgen María a Benôite (Benedicta) Rencurel, de 17 años, entre 1664 y 1718.


Entre los asistentes estaban el cardenal mexicano Javier Lozano Barragán, presidente del Consejo Pontificio para la Pastoral de la Salud, el cardenal Sergio Sebastiani, presidente de la Prefectura de Asuntos Económicos de la Santa Sede, el cardenal Jorge Maria Mejía, archivista y bibliotecario emérito del Estado de la Ciudad del Vaticano, el obispo Renato Boccardo, secretario general del Estado de la Ciudad del Vaticano, y otros cardenales, obispos y abades franceses, y el nuncio apostólico en Francia, el arzobispo Fortunato Baldelli.

Monseñor di Falco recordó que éstas son las primeras apariciones marianas reconocidas oficialmente en el siglo XXI por la Iglesia en Francia y por la Santa Sede. Es la primera vez que un acontecimiento tan singular ocurre desde las apariciones de Lourdes en 1862.

Monseñor di Falco recordó que «nadie está obligado a creer en las apariciones, incluso en aquellas reconocidas oficialmente; pero sí son una ayuda en nuestra fe y nuestra vida diaria ¿Por qué habría que rechazarlas?».


El santuario de Nuestra Señora de Laus atrae unos 120.000 peregrinos al año.

A raíz del reconocimiento de las apariciones el padre Salvatore M. Perrella, experto profesor de dogmática y mariología en la Pontificia Facultad Teológica Marianum, en Roma, ha aclarado los criterios que utiliza la Iglesia para determinar la legitimidad de las apariciones marianas.

En un artículo aparecido en «L´Osservatore Romano», explica la diferencia entre visión y aparición. La primera es de índole espiritual, mientras que la segunda es de orden físico, es decir que existe la experiencia real y sensible de quien se aparece.

Actualmente se les pide «al obispo diocesano, al arzobispo metropolitano --en tiempos más recientes a las conferencias episcopales del territorio-- y al Papa el discernimiento sobre la veracidad de los hechos presentados».


Indicó que «la Congregación para la Doctrina de la Fe, después de cuatro años de estudio desde noviembre de 1974, redactó, el 25 de febrero de 1978, un documento interno y supersecreto, con la firma del cardenal prefecto Franjo Šeper, para ser utilizado por las autoridades eclesiásticas competentes que lleva por título: "Normae S. Congregationis pro Doctrina Fidei de modo procedendi in iudicandis praesumptis apparitionibus ac revelationibus" (Normas de la Congregación para la Doctrina de la Fe sobre el modo de proceder para juzgar las presuntas apariciones y revelaciones)».

El experto señaló que este dicasterio vaticano establece que para proceder con la verificación, se obtenga «información precisa sobre los hechos bajo observación y la reunión de testimonios de los signos de fe, examen del mensaje sujeto en el hecho sobrenatural, que no debe estar en contra de la fe cristiana, diagnóstico médico-psicológico para garantizar la salud y normalidad del vidente, y también para descartar la posibilidad de fenómenos alucinatorios; nivel de educación del vidente, su conocimiento de la doctrina, su vida espiritual, su grado de comunión eclesial, frutos espirituales, como el retorno de la fe de los alejados; moralidad y eclesialidad de la existencia, cooperación en la evangelización del mundo, cultura y costumbre, eventuales curaciones milagrosas que se reciben en razón de la referida revelación privada, el juicio de la Iglesia».

Tras minuciosos exámenes de los hechos referidos a una aparición, dijo el sacerdote, la Iglesia «aprobó durante el curso de la historia 11 apariciones de 295 propuestas para su indagación, entre las cuales la 12ª es la referida a Nuestra Señora de Laus».

«Una vez verificadas y autenticadas por la autoridad eclesiástica, las manifestaciones extraordinarias consienten la libertad de adhesión, porque la fe se presta sólo a la revelación pública de Dios concluida con la muerte del último de los Apóstoles», precisó el experto italiano.

Tras explicar que las apariciones son una gracia «dada gratuitamente del Cielo», el padre Perrella recordó que si bien éstas ayudan a incrementar la fe de las personas, «no amplifican la Revelación dada con la Sagrada Escritura a la Iglesia, sino que ayudan a hacerla actual en un determinado tiempo».

sábado, 8 de enero de 2011

Guardiana de la Fe, Virgen María


En 1988 Patricia Talbot quería ser una mujer exitosa. Soñaba con destacarse como modelo, viajar mucho y luego, casarse y formar una familia. En ese entonces contaba con apenas dieciséis años y formaba parte de un grupo de jóvenes modelos que querían dar a conocer en el exterior la moda de su país.

Católica, mas no muy preocupada por la religión, a Pachi (como la llaman sus amigos) no le interesaba lo espiritual. En su colegio, un día la invitaron a ver un video sobre las apariciones de Nuestra Señora en Medjugorje, pero no quiso ir, aduciendo que en estos tiempos esas cosas no pasaban. Su madre, Carmencita, se preocupaba porque notaba en ella signos de vanidad y porque los continuos viajes que ya había comenzado a realizar resultaban muy costosos.

Nunca pensó Pachi que Nuestra Señora se le aparecería y que los acontecimientos siguientes a este hecho cambiarían su vida para siempre. Las apariciones ocurrieron en un corto período de dieciocho meses. Empezaron el 28 de Agosto de 1988 y continuaron hasta el 3 de Marzo de 1990. En total se registraron más de cien apariciones, de las cuales unas veinticuatro sucedieron en la habitación de Pachi, cuatro en México, y dieciocho en capillas de Quito, Guayaquil y Paute. Casi todas las manifestaciones restantes ocurrieron en El Cajas, un lugar montañoso de Los Andes ecuatorianos situado a unos a 28 km de la ciudad de Cuenca (Azuay, Ecuador).

La primera aparición tuvo lugar en el dormitorio de Patricia Talbot, el 28 de agosto de 1988, a las 4:50 de la madrugada. Era una gran luz que invadió el lugar, desde la cual María se le presentó diciéndole: "No temas. Soy tu Madre del Cielo. Pon tus manos sobre el pecho y ora mucho por la paz del mundo que ahora es cuando más lo necesita. Te amo mucho, hijita mía. Cambia. Reza por los Sacerdotes y los Religiosos, porque Satanás los tienta con el pecado, y su principal ataque será la confusión. Mañana, a primera hora, deseo que tú, hijita mía, me hagas un altar en este sitio y coloques velas benditas. Yo soy la Guardiana de la FE, y estaré siempre contigo. Ahora, mi pequeña, llama a tu mamá; ora hasta el amanecer como te he mostrado. Te amo mucho, mi pequeña niña".

Pachi se asustó mucho, pero no estaba aterrada. Y cuando la Señora le dijo que cruzara sus manos sobre su pecho y orara, comenzó a orar muy rápido, diciendo Padre Nuestro, que estás en los cielos... Pero la Señora le dijo: "Así no, sino así", y empezó a orar con ella, diciendo, muy despacio: "Padre Nuestro, que estás en los cielos..." Al terminar de hablar, la bella Señora desapareció, dejando un delicado aroma de flores, el cual permaneció por tres días en toda la casa.

Pachi se sintió confundida por lo que acababa de experimentar y empezó a llorar. Entonces despertó a su mamá y le relató lo que había sucedido, poniéndose las dos a orar hasta el amanecer, como Nuestra Señora le había pedido. Más tarde, esa misma mañana, con algunas amigas a quienes les había confiado lo sucedido, Pachi fue a comprar velas y poder acondicionar un pequeño altar. En los días siguientes, toda la familia se congregó para rezar con regularidad y poco a poco los amigos cercanos comenzaron a creer, y luego otras personas venían a orar al sitio

LA EXPERIENCIA EN MÉXICO

A principios de octubre, Pachi viajó para ir a Costa Rica y México con el grupo de modelos. En Ciudad de México, Pachi, sintió la necesidad de arrodillarse ante un altar lateral dedicado a Nuestra Señora de Guadalupe. Allí tuvo una experiencia que transformaría su vida. Al cerrar sus ojos para orar, Pachi sintió un profundo arrepentimiento de sus pecados, y tuvo una visión en la que niños de todas las razas del mundo, cubiertos de llagas, estaban en un campo de donde salía una gran humareda. Era una visión de la condición humana, necesitada de sanación. Nuestra Señora le dijo: "Hijita reza mucho por la paz del mundo, porque es ahora cuando más lo necesita. Estoy deteniendo el brazo de mi Hijo. Cambien y conviértanse. Te amo mucho. Adiós".

De regreso a Cuenca, la vidente fue a ver al Arzobispo, le contó sobre las apariciones de Nuestra Señora y le entregó los mensajes recibidos. Pero una respuesta positiva de su parte estaba lejos.

Por otra parte, Pachi sentía que su vida estaba cambiando y ya no quería ser modelo. Pero las presiones que tenía eran muchas, y entonces, un día, rezando en su habitación, nuevamente vio a Nuestra Señora, que le dijo: "Soy tu Madre del Cielo, la Santísima Virgen María, la Guardiana de la Fe. No sabes cuánto me alegra verte de nuevo, mi pequeña alma. Has tomado una sabia decisión". Pachi sintió una gran paz.

Desde junio de 1989 los encuentros con Nuestra Señora fueron en El Cajas, donde se aparecía los jueves y los sábados. Algunas personas tuvieron experiencias especiales. Veían movimientos muy llamativos en el sol (como en Fátima) y las caras y manos de los presentes brillaban con pequeñas escarchitas. Hubo muchos frutos de conversión y nació una misión de ayuda a los más necesitados.

Para la última aparición, unas 115.000 personas viajaron hasta El Cajas. Nuestra Señora, por intermedio de Pachi, les dio la bendición y les manifestó su inmenso amor. Les pidió seguir orando y no olvidar el gran mandamiento del amor.

MENSAJES

En general los mensajes son un llamado a la oración, a la consagración al Corazón Inmaculado de María y al Corazón misericordioso de Jesús, al rezo del Rosario y el uso del Escapulario del Carmen, a la penitencia, al ayuno, y a incrementar la asistencia a la Santa Misa, en resumen es un llamado a la santidad personal.

Nuestra Señora le dio a Pachi avisos sobre posibles catástrofes, tanto naturales como provocadas por el hombre y sufrimientos para el Santo Padre y la Iglesia. También le dijo que la humanidad debe prepararse diligentemente para el Reino del Sagrado Corazón de Jesús.

En la actualidad Pachi está casada, pero no tiene hijos. Su trabajo con la comunidad católica ha sido silencioso, pero activo. Está más dedicada a difundir aquel mensaje divino que un día ella aseguró haber recibido de la Madre de Jesús: la conversión en cuerpo y alma de la persona para llegar a Dios y así alcanzar la salvación.

Patricia Talbot Borrero, lo repite en cada charla espiritual o testimonio que ofrece. Aquella joven cuencana que en los 90’s se dio a conocer en los ámbitos local y mundial por afirmar que se le aparecía la Virgen María, ahora es una ama de casa, dedicada a su esposo, a la catequesis y a fortalecer la comunidad Guardiana de la Fe, que se creó –con autorización del Obispo de Cuenca– a raíz de estos hechos.

Patricia Talbot insiste que el camino hacia Dios no es fácil, porque tiene que haber una conversión verdadera, de corazón. “Cada uno puede hacerlo, pero tiene que tener fe y si está decidido a hacerlo; si hay eso, hay esperanza”.

miércoles, 5 de enero de 2011

La más tierna de las madres y la más poderosa de las reinas



Ella nos consolará, nos confortará, nos acompañará en el camino de este nuevo año y de toda la vida.
Autor: P. Sergio Córdova LC | Fuente: Catholic.net
El sacerdote y escritor español José Luis Martín Descalzo narra en una de sus obras: «Recuerdo que hace ya muchos años, me encontraba desayunando en la cafetería de un hotel de Roma. Se me acercó una chica japonesa, y me preguntó si yo era sacerdote. Le respondí que sí, y entonces me dijo a bocajarro:

-“¿Podría usted explicarme quién es la Virgen María?”. Sus palabras me sorprendieron tanto que sólo supe responder: -“¿Por qué me hace esa pregunta?”. Y aún recuerdo sus ojos tan conmovidos cuando me explicó: -“Es que ayer oí rezar por primera vez el Avemaría, y no sé por qué me he pasado toda la noche llorando”. Y entonces tuve que explicarle que también yo necesitaría pasarme muchas noches llorando para poder responder a esa pregunta....».

Y para ti, querido amigo, ¿quién es la Virgen María?... La solemnidad del día de hoy nos da una respuesta, que corresponde a uno de los muchos títulos de María Santísima:

1) María es la Madre de Dios.

¡Tantas veces lo hemos escuchado y lo rezamos cada día que tal vez ya nos hemos acostumbrado! Debido a nuestra educación y al ambiente en el que vivimos, tal vez ya no nos impresiona ni nos dice nada -como sucede, tristemente, con tantas otras verdades y misterios de nuestra fe-. A fuerza de repetir las cosas, nos hemos arrutinado e insensibilizado.

Pero no era así para los cristianos de los primeros siglos de la Iglesia. Les parecía algo increíble, inaudito y -si me permiten la expresión- algo apoteósico. ¿Cómo era posible que una criatura humana pudiera ser la madre del Dios infinito y omnipotente? Eso sólo cabía en los mitos paganos y en los círculos heréticos de la religión politeísta. Y tanto era así que insignes teólogos de entonces se opusieron rotundamente a esta afirmación. Y cuando no aceptaron la doctrina de la Iglesia, se convirtieron en “herejes”: Arrio, Nestorio y otros.

¡María Santísima es realmente la Madre de Dios! Así lo había revelado Dios mismo en la Sagrada Escritura y lo ratificaban los Santos Padres y los Concilios de la Iglesia. Fue en Éfeso, el año 431, cuando se proclamó solemnemente a María como la “Theotókos”, la que engendró a Dios. Y después de once siglos exactos, el año 1531, María de Guadalupe se aparecía en México al indio Juan Diego, diciéndole: “Juanito, el más pequeño de mis hijos, sabe y ten entendido que yo soy la siempre Virgen María, Madre del verdadero Dios por quien se vive”.

María ha engendrado al Hijo de Dios y Dios ha nacido de las entrañas purísimas de María porque Él así lo ha querido. El Verbo se hizo carne en María y así pudo habitar entre nosotros, para redimirnos y realizar el plan de salvación. Gracias a ella, Dios ha podido hacer nuevas todas las cosas.

Como afirma bellamente san Anselmo: “Dios, a su Hijo, el único engendrado de su seno igual a sí, al que amaba como a sí mismo, lo dio a María; y de María se hizo un hijo, no distinto, sino el mismo, de suerte que por naturaleza fuese el mismo y único Hijo de Dios y de María.

Toda la naturaleza ha sido creada por Dios, y Dios ha nacido de María. Dios lo creó todo, y María engendró a Dios. Dios, que hizo todas las cosas, se hizo a sí mismo de María; y así rehizo todo lo que había hecho. El que pudo hacer todas las cosas de la nada, una vez profanadas, no quiso rehacerlas sin María. Por eso, Dios es padre de las cosas creadas y María es madre de las cosas recreadas. Dios es padre de la creación y María es madre de la universal restauración”.

2) Y María, por ser la Madre de Dios, es también todopoderosa como Medianera.

San Bernardo y los Santos Padres solían llamarla “Omnipotentia supplex”, la Omnipotencia suplicante. Porque es la más poderosa de las reinas y la más eficaz de las intercesoras. En Caná arrancó a su Hijo el primer milagro “cuando aún no había llegado su hora”. Y puede hacer siempre lo mismo, si acudimos a ella con fe, con confianza y amor filiales, pues una madre no niega nada a un hijo.

Los siglos XV y XVI fueron una gravísima amenaza para la cristiandad. Los turcos arrasaban Europa con la pretensión de conquistarla para el Islam (hoy también se cierne un peligro no muy diferente). Y entonces el Papa Pío V armó a la Iglesia con el santo Rosario para la defensa de la civilización cristiana. El 7 de octubre de 1571 la flota cristiana presentó batalla a los turcos en Lepanto. La victoria fue clamorosa. Por eso el sultán Solimán decía: "Le tengo más miedo a las oraciones del Papa que a los ejércitos europeos". ¡A las oraciones a María Santísima!

Fátima, Lourdes, persecución de la Iglesia en el siglo XX y XXI... Las cosas no han cambiado demasiado. Y María sigue siendo hoy y siempre el “Auxilio de los cristianos”.

3) María es también mi Madre.

Entonces, con María, ¡estamos seguros, somos poderosos! San Estanislao de Kotska solía repetir, lleno de ternura y emoción: “¡La Madre de Dios es también mi madre!”. Y en esta expresión encerraba toda su relación íntima, personal y afectiva con María Santísima. Un amor mutuo que enlazaba ambos corazones y en él se sentía acogido y protegido.

“Oye y ten entendido, hijo mío el más pequeño, que es nada lo que te asusta y aflige. No se turbe tu corazón ni te inquiete cosa alguna. ¿No estoy yo aquí que soy tu madre? ¿No estás bajo mi sobra? ¿No estás por ventura, en mi regazo?”... Ya sabemos de quién son estas palabras. ¡Todos necesitamos de una madre, necesitamos de María! Sobre todo en los momentos difíciles de la vida, en la aflicción, en la soledad, en la tribulación. Ella nos consolará, nos confortará, nos acompañará en el camino de la vida hasta llegar al cielo, a la presencia adorable de su bendito Hijo.

Por eso, en este día en que iniciamos el Año nuevo y en el que celebramos la solemnidad de la Madre de Dios, acudamos a nuestra Madre santísima, postrémonos ante ella, acojámonos en su regazo maternal y, con todo el afecto de nuestro corazón, consagrémosle todo nuestro ser.

¡Ella es la más tierna de las madres y la más poderosa de las reinas! Con ella todo lo podemos. Pidámosle con todas las veras de nuestra alma lo que traigamos en lo más íntimo de nuestro corazón y ella nos lo concederá. Y ojalá que nosotros también podamos decir, como decía el Papa Juan Pablo II: “Totus tuus, Maria, ego sum!”, “Todo tuyo, María, yo soy!”.

domingo, 2 de enero de 2011

EL AMOR POR MI MAMITA MARIA


Desde hace muchos días atrás tenia en mi corazón ganas de escribir sobre María, o mi mamita María como suelo dirigirme a ella, yo soy una persona muy creyente, porque siento que Dios siempre me ha llamado a su lado, las veces que me he apartado, ya sea por medio de los angeles o de mi madre del cielo el siempre me ha llamado, son muchas cosas hermosas que el me ha demostrado estoy aquí.

Como algunos de los que visitan este blog en mi primer post, escribi sobre mi experiencia con María, eso fue algo que cambio mi vida, ella de verdad es nuestra madre, y en ese instante me enseño que la belleza esta en la sencillez, en el amor, en el escuchar a otros y ofrecerles tu amor y compresión, en orar no solo por ti, sino tambien por tu projimo, por ese hermano que pasa necesidades, por ese extraño que viste en la calle pidiendo limosna, a esto ultimo me refiero porque muchas veces, nos ha pasado que los hemos visto y pasamos indiferentes por su lado, tenemos tanto porque agradecerle a Dios, por este motivo si no tienes en ese momento para colaborarle, al menos un oración de corazón por esa hermano.

Muchos de los que ya conocen mis otros blogs, saben que los angeles son nuestros amigos y hermanos, ellos me mostraron el camino en momentos difíciles y me mostraron a mi madre María y ella a su vez me ha enseñado lo importante del rosario, yo lo hago a diario y eso me fortalecido en el amor a Dios, en la fe y ha llenado mi corazón de paz y amor.

Por este motivo en este año uno de mis objetivos es crear un grupo de oración del rosario en mi ciudad para que oremos por nuestros hermanos, para que seamos amigos en amor en Dios y en nuestra madre María. Espero lograrlo no solo en mi ciudad si no en Internet para los que no lo conozcan esta es la dirección:

http://www.facebook.com/pages/Oracion-De-Cristal/147424955309530

En este nuevo año, no te olvides de tu madre, ella te acercara a Dios y cuidara de ti como lo hace una madre amorosa.

SI DESEAS HACER PARTE DE ESTE GRUPO ESCRIBEME A:

ORACIONDECRISTAL@HOTMAIL.COM

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