En la última aparición, octubre de 1917, la Virgen María dijo por fin su nombre: “Soy la Señora del Rosario”, y volvió a insistir en su recomendación: “Sigan rezando el rosario todos los días".

miércoles, 27 de julio de 2011

Rosario del Ejército Mariano (Conocido como Rosario de la Red Mundial)




Persignarse.
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestro enemigos líbranos Señor, en el nombre de Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, amén.


Ofrecimiento.
Hermanos en Cristo, nos preparamos en este momento para hacer el Rosario de la Red Mundial “Jesucristo Rey de Reyes y Santa María de Guadalupe”. Al iniciar el rosario, hemos de pedirle al Señor Jesucristo, la gracia de que nuestra Madre  Santísima ore con nosotros, San José, los Ángeles, los Santos, las Almas de Purgatorio nos acompañen a orar y que se multiplique nuestra oración en comunión con toda le Iglesia, que nuestra oración se haga presente en todos los Sagrarios de mundo, pedimos que en esta oración seamos sumergidos nosotros, los pueblos, las naciones, en la Sangre Preciosa de Jesucristo, clamamos misericordia al Señor a través de este rosario y que nos conceda la salud del cuerpo y del alma, que nos conceda el perdón de nuestro pecados; le pedimos al Señor, que libere al pueblo, a las naciones, a cada bautizado, que nos libere de todas las ataduras del maligno.
En las cuentas rojas imploramos la misericordia del Señor, imploramos la Preciosa Sangre de Dios, para que por su Sangre y su Precioso Amor, alcancemos la salud y la liberación, que protegidos de las venganzas del maligno, de las acechanzas del maligno, y que Dios nos conceda la gracia de amarlo, bendecirle y que Dios nos conceda también la gracia de que por esta oración, se salven muchas almas.
En la cuentas blancas, pedimos al eterno Padre que nos sumerja en la Llama de Amor del Corazón de Jesús y en la Llama de Amor del Corazón de la Virgen María, en la llama de amor de todos los hermanos que te aman y que claman tu amor y tu misericordia.
Notamos aquí dos elementos, primero, con la Sangre de Jesús somos protegidos y con la Llama de Amor somos sumergidos en el amor eterno de Dios, esta oración hermanos tendrá una fuerza tremenda cuando se haga con el corazón, porque se invoca la protección de nuestro Señor, la protección de la Virgen, la protección de los Ángeles y esto se hace envuelto en el fuego de amor, como miembros de un solo corazón, miembros de  la Red Mundial, miembros de la Iglesia que Cristo fundo, que Cristo compro con su Sangre Preciosa.


Primer Misterio Doloroso:
La oración de Jesús en el huerto.
Padre Eterno, te suplicamos que por la Alianza de Fe y Amor, nos sumerjas en el Corazón de Jesús y de María para que seamos uno en el Amor.
Padre Nuestro, Avemaría y Gloria.
  Cuentas Rojas:
Señor, por Tu Preciosísima Sangre y Tu Divino Amor, sánanos, libéranos, protégenos de las venganzas del maligno, danos Tu gracia para cumplir los deseos del Cielo y las almas se conviertan a Tu Amor.
  Cuentas Blancas:
Padre Eterno, yo te amo, sumérgeme en la unión de las Tres Llamas de Amor para que seamos uno, como Tú; Padre, estás en nosotros y nosotros en Ti.
  Cuentas transparentes:
Padre Eterno / Inunda nuestros corazones con Tu Amor.
Fuego de Amor / Llénanos de tus dones.
Sangre de Cristo / Protégenos, libéranos.


Segundo Misterio Doloroso:
La flagelación de nuestro Señor Jesucristo.
Señor, te rogamos que la tibieza no se adueñe de los corazones, tanto de los pastores como de las ovejas. Tenemos sed de Ti, Llénanos con el Fuego de Tu Amor.
Padre Nuestro, Avemaría y Gloria.
  Cuentas Rojas:
Señor, por Tu Preciosísima Sangre y Tu Divino Amor, sánanos, libéranos, protégenos de las venganzas del maligno, danos Tu gracia para cumplir los deseos del Cielo y las almas se conviertan a Tu Amor.
  Cuentas Blancas:
Padre Eterno, yo te amo, sumérgeme en la unión de las Tres Llamas de Amor para que seamos uno, como Tú; Padre, estás en nosotros y nosotros en Ti.
  Cuentas transparentes:
Padre Eterno / Inunda nuestros corazones con Tu Amor.
Fuego de Amor / Llénanos de tus dones.
Sangre de Cristo / Protégenos, libéranos.


Tercer Misterio Doloroso:
La Coronación de Espinas.
Señor, te pedimos por todos los fieles, las almas dóciles, Cardenales, Obispos, Sacerdotes, videntes, profetas, grupos de oración, cenáculos, comunidades, congregaciones religiosas, misioneros, seglares, para que trabajemos unidos para la salvación de las almas y formemos una cadena de amor, donde no haya espacio para el enemigo.
Padre Nuestro, Avemaría y Gloria.
  Cuentas Rojas:
Señor, por Tu Preciosísima Sangre y Tu Divino Amor, sánanos, libéranos, protégenos de las venganzas del maligno, danos Tu gracia para cumplir los deseos del Cielo y las almas se conviertan a Tu Amor.
  Cuentas Blancas:
Padre Eterno, yo te amo, sumérgeme en la unión de las Tres Llamas de Amor para que seamos uno, como Tú; Padre, estás en nosotros y nosotros en Ti.
  Cuentas transparentes:
Padre Eterno / Inunda nuestros corazones con Tu Amor.
Fuego de Amor / Llénanos de tus dones.
Sangre de Cristo / Protégenos, libéranos.


Cuarto Misterio Doloroso:
Jesús con la Cruz a cuestas.
Señor, te pedimos que el Pueblo de Dios encuentre Tu Amor, Misericordia, Auxilio y Comprensión a través de los pastores de Tu Iglesia, para que en unidad se pueda responder al llamado urgente de entregar la vida para la Gloria del Padre y la salvación de las almas.
Padre Nuestro, Avemaría y Gloria.
  Cuentas Rojas:
Señor, por Tu Preciosísima Sangre y Tu Divino Amor, sánanos, libéranos, protégenos de las venganzas del maligno, danos Tu gracia para cumplir los deseos del Cielo y las almas se conviertan a Tu Amor.
  Cuentas Blancas:
Padre Eterno, yo te amo, sumérgeme en la unión de las Tres Llamas de Amor para que seamos uno, como Tú; Padre, estás en nosotros y nosotros en Ti.
  Cuentas transparentes:
Padre Eterno / Inunda nuestros corazones con Tu Amor.
Fuego de Amor / Llénanos de tus dones.
Sangre de Cristo / Protégenos, libéranos.


Quinto Misterio Doloroso:
La Crucifixión y muerte de nuestro Señor Jesucristo.
Espíritu Santo, te pedimos nos des la luz necesaria para distinguir entre el bien y el mal para que sean descubiertas todas las intenciones, obras, engaños del enemigo y contemplemos con gozo el triunfo de los Sacratísimos Corazones, unidos al nuestro por medio de la Alianza de Fe y Amor.
Padre Nuestro, Avemaría y Gloria.
  Cuentas Rojas:
Señor, por Tu Preciosísima Sangre y Tu Divino Amor, sánanos, libéranos, protégenos de las venganzas del maligno, danos Tu gracia para cumplir los deseos del Cielo y las almas se conviertan a Tu Amor.
  Cuentas Blancas:
Padre Eterno, yo te amo, sumérgeme en la unión de las Tres Llamas de Amor para que seamos uno, como Tú; Padre, estás en nosotros y nosotros en Ti.
  Cuentas transparentes:
Padre Eterno / Inunda nuestros corazones con Tu Amor.
Fuego de Amor / Llénanos de tus dones.
Sangre de Cristo / Protégenos, libéranos.


Salves a María Santísima.
Dios te Salve, María Santísima, Hija de Dios Padre, Virgen Purísima y Castísima antes del parto, en tus manos encomendamos nuestra fe para que la alumbres; llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de Tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.  Amén.
Dios te Salve, María Santísima, Madre de Dios Hijo, Virgen Purísima y Castísima en el parto, en tus manos encomendamos nuestra esperanza para que la alientes; llena eres de gracia, el Señor esta contigo, bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de Tu vientre Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.  Amén.
Dios te Salve, María Santísima, Esposa del Espíritu Santo, Virgen Purísima y Castísima después del parto, en tus manos encomendamos nuestra caridad para que la inflames; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de Tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.  Amén.
Dios te Salve, María Santísima, Templo, Trono y Sagrario de la Santísima Trinidad, Virgen Concebida sin la culpa del pecado original. Danos tu gracia para que con devoción te digamos, Dios te Salve, Reina y Madre, Madre de Misericordia, Vida, Dulzura y Esperanza nuestra.
Dios te Salve,  a Ti llamamos los desterrados hijos de Eva, a Ti suspiramos gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. ¡Ea pues!, Señora Abogada nuestra, vuelve a nosotros ésos Tus ojos misericordiosos y después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto Bendito de Tu vientre.
 ¡Oh Clemente!, ¡Oh Piadosa!, ¡Oh Dulce siempre Virgen María!  Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que seamos dignos y merecedores de alcanzar las divinas gracias y promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén.


Letanías de la Preciosa Sangre de nuestro Señor Jesucristo.
Señor, ten piedad de nosotros.                                                                 Señor, ten piedad de nosotros.
Jesucristo, ten piedad de nosotros.                                                            Jesucristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.                                                                Señor, ten piedad de nosotros.
Jesucristo óyenos.                                                                                Jesucristo óyenos.
Jesucristo, atiéndenos.                                                                           Jesucristo, atiéndenos.
Padre del cielo, que eres Dios.                                                                 Ten piedad de nosotros.
Hijo Redentor del mundo, que eres Dios.                                                   Ten piedad de nosotros.
Espíritu Santo, que eres Dios.                                                                  Ten piedad de nosotros.
Santísima Trinidad, que eres Dios.                                                            Ten piedad de nosotros.
Sangre de Cristo, Sangre del Hijo Unigénito del eterno Padre.                        Sálvanos.
Sangre de Cristo, Sangre del Verbo de Dios Encarnado.                               Sálvanos.
Sangre de Cristo, Sangre del nuevo y eterno Testamento.                             Sálvanos.
Sangre de Cristo, corriendo por la tierra en la agonía.                                 Sálvanos.
Sangre de Cristo, manando abundante en la flagelación.                                Sálvanos.
Sangre de Cristo, goteando en la coronación de espinas.                               Sálvanos.
Sangre de Cristo, derramada en la Cruz.                                                    Sálvanos.
Sangre de Cristo, precio de nuestra salvación.                                             Sálvanos.
Sangre de Cristo, sin la cual no puede haber redención.                                Sálvanos.
Sangre de Cristo, que apagas la sed de las almas y las purificas en la Eucaristía.  Sálvanos.                         
Sangre de Cristo, torrente de misericordia.                                               Sálvanos.
Sangre de Cristo, vencedora de los demonios.                                           Sálvanos.
Sangre de Cristo, fortaleza de los mártires.                                               Sálvanos.
Sangre de Cristo, virtud de los confesores.                                               Sálvanos.
Sangre de Cristo, que suscitas almas vírgenes.                                            Sálvanos.
Sangre de Cristo, fortaleza de los tentados.                                               Sálvanos.
Sangre de Cristo, alivio de los que trabajan.                                              Sálvanos.
Sangre de Cristo, consolación de los que lloran.                                        Sálvanos.
Sangre de Cristo, esperanza de los penitentes.                                           Sálvanos.
Sangre de Cristo, consuelo de los moribundos.                                         Sálvanos.
Sangre de Cristo, paz y dulzura de los corazones.                                      Sálvanos.
Sangre de Cristo, garantía de la vida eterna.                                             Sálvanos.
Sangre de Cristo, que liberas las almas del purgatorio.                               Sálvanos.
Sangre de Cristo, digna de toda honra y gloria.                                       Sálvanos.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo.                                 Perdónanos Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo.                                 Óyenos Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo.                                 Ten piedad de nosotros, Señor.
Nos redimiste, Señor, con Tu Sangre.                                                    E hiciste de nosotros un reino para nuestro Dios.


Oremos.
    Todo Poderoso y Eterno Dios, que constituiste a tu Hijo Unigénito, Redentor del mundo, y quisiste ser aplacado con su Sangre, concédenos la gracia de venerar el precio de nuestra salvación y de encontrar, en la virtud que ella contiene, defensa contra los males de la vida presente, de tal modo que eternamente gocemos de sus frutos en el cielo. Por el mismo Cristo, Señor nuestro.
Amén.


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jueves, 21 de julio de 2011

Rosario de la Llama de Amor de María (Basado en las revelaciones dadas a Isabel Kindelmann)

La señal de la Cruz.
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor Dios nuestro, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
      Abre Señor mis labios y mi boca proclamara tus alabanzas.
      Ven oh Dios en mi ayuda, Señor date prisa en socorrerme.
Monición inicial.
Con humildad y sencillez, dispongamos nuestro corazón a Dios Padre todopoderoso, a Jesús nuestro Señor y al Espíritu Santo. Así mismo al inmaculado corazón de María.
Pidamos a Jesús la presencia del Espíritu Santo.
Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor, envía Señor Tu Espíritu y todo será creado y se renovará la faz de la tierra. Oh Dios que has ilustrado los corazones de tus fieles con la luz del Espíritu Santo, has que guiados por el mismo Espíritu, sepamos reconocer las cosas que son rectas y gozar siempre de tus divinos consuelos, por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Oración a las Santas Llagas.
(Santiguarse cinco veces, adorando las santas llagas de nuestro Señor Jesucristo)
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, amén. Yo adora la llaga de tu sagrado hombro, con dolor profundo y verdadero, permite que todos los trabajos, penas y enfermedades en este día, sean actos de amor por Ti.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, amén. Yo adoro las llagas de tus sagradas manos, con dolor profundo y verdadero, permite que todo trabajo de mis manos en este día, sea un acto de amor por Ti.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, amén. Yo adoro las llagas de tus sagrados pies, con dolor profundo y verdadero, permite que cada paso que de en este día, sea un acto de amor por Ti.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, amén. Yo adora la llaga de tu sagrado costado, con dolor profundo y verdadero, permite que cada latido de mi corazón en este día, sea un acto de amor por Ti.
Oración al Ángel Custodio.
(Unámonos en un mismo espíritu, en nuestras peticiones)
Envía Señor al Ángel custodio de nuestra ciudad y tiende alrededor de nosotros, un círculo de protección, con tu preciosa Sangre, así mismo oh Dios misericordioso, te rogamos bendigas este hogar y a cada uno de los que aquí moran.
Oración a San Miguel Arcángel.
San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha, se nuestro amparo contra la perversidad y acechanzas del demonio, que Dios manifieste sobre el su poder, es nuestra humilde súplica y tu oh Príncipe de la milicia celestial, con la fuerza que Dios te ha conferido, arroja al infierno a Satanás y a los demás espíritus malignos que vagan por el mundo para la perdición de las almas, amén.
Peticiones.
Pedimos perdón a nuestro Padre Dios, en el nombre de Jesucristo, por los pecados de nuestra familia, por los pecados de todos aquellos que se han alejado de Dios. Pedimos perdón por toda nuestra iglesia.
Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, me pesa de todo corazón haber pecado, porque eres infinitamente bueno, padeciste y moriste por mi clavado en la cruz, te amo con todo mi corazón y propongo firmemente no volver a pecar, amén.
(Contemplando con los ojos del alma a Jesús en la Eucaristía, digamos)
 Dios mío, yo creo, adoro, espero y te amo. Te pido perdón por todos los que no creen, no adoran, no esperan y no te aman. (x3)
Ofrecimiento.
Ofrecemos este santo rosario por todas las necesidades de nuestra iglesia. Especialmente por el aumento en las vocaciones sacerdotales. Lo ofrecemos por el Papa Benedicto XVI y por todos los sacerdotes del mundo, para que la Llama de Amor siga incendiándose en sus corazones, así mismo pedimos que la Virgen María, nos cubra con su Llama de Amor. Todo esto lo pedimos a Dios Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, con María, los ángeles y los santos diciéndole. Te lo pedimos Señor.
(Los misterios correspondientes al día)

Primer Misterio. La Resurrección de Jesús.
Muy de mañana, fueron las mujeres al sepulcro, llevando aroma, se les presentaron dos hombres con vestidos resplandecientes, que les dijeron, ¿por qué buscan entre los muertos al que está vivo?, no está aquí, pues resucitó, como El lo había dicho. Palabra del Señor. (Luc 24, 1-6) Gloria a Ti, Señor Jesús.
Oremos por nuestra familia.
Padre nuestro.
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, hágase Señor tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día y perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en tentación y líbranos del mal, amén.
Ave María de la Llama de Amor.
Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María, madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores, derrama el efecto de gracia de tu Llama de Amor sobre toda la humanidad, ahora y en la hora de nuestra muerte, amén. (x 10)
Gloria.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos, amén.
Jaculatorias.
            Corazón doloroso e inmaculado de María. Ruega por nosotros que nos refugiamos en ti.
      Madre de Dios y madre nuestra, sálvanos. Por la Llama de Amor de tu inmaculado corazón.
          ¡Oh Jesús mío!, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno y lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia, amén.

Segundo Misterio. La Ascensión de nuestro Señor Jesucristo.
El Señor Jesús, después de hablarles, fue elevado al cielo y se sentó a la diestra de Dios.
Palabra del Señor. (Mar 16, 19) Gloria a Ti, Señor Jesús.
Oremos por nuestra ciudad.
[Padre nuestro, Ave María de la Llama de Amor (x10), Gloria y Jaculatorias]

Tercer Misterio. La venida del Espíritu Santo.
Al llegar el día de Pentecostés, todos los discípulos estaban reunidos en un mismo lugar, se les aparecieron unas lenguas como de fuego, que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos y quedaron llenos del Espíritu Santo. Palabra de Dios. (Hch 2, 1-4) Te alabamos Señor.
Oremos por nuestro país.
[Padre nuestro, Ave María de la Llama de Amor (x10), Gloria y Jaculatorias]

Cuarto Misterio. La Asunción de nuestra Señora.
Toda esplendida, la hija del Rey, sube al cielo, resplandeciente como la aurora cuando amanece, con vestido recamado en oro. Palabra de Dios. (Sal 45, 14-15) Te alabamos Señor.
Oremos por toda la iglesia, militante y purgante.
[Padre nuestro, Ave María de la Llama de Amor (x10), Gloria y Jaculatorias]

Quinto Misterio. La coronación de nuestra Señora.
Y en esto apareció un gran prodigio en el cielo, una mujer  vestida de sol, con la luna bajo sus pies y una corona de 12 estrellas sobre su cabeza. Palabra de Dios. (Apo 12, 1)Te alabamos Señor.
Oremos por toda las naciones.
[Padre nuestro, Ave María de la Llama de Amor (x10), Gloria y Jaculatorias]
Oremos por la salud y las intensiones del Santo Padre.
Que Dios le conserve la vida, lo haga feliz en la tierra y no lo entregue en manos de sus enemigos.
Salutación a la Virgen con sus tres purezas.
Padre Nuestro, que estás en el Cielo, santificado sea Tu Nombre;  venga a nosotros Tu reino; hágase Señor Tu voluntad, en la tierra como en el Cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden, no nos dejes caer en tentación, y líbranos del mal.  Amén.
Dios te salve, María Santísima, hija de Dios Padre, virgen purísima y castísima antes del parto, en tus manos encomendamos nuestra fe para que la alumbres; llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores, derrama el efecto de gracia de tu Llama de Amor sobre toda la humanidad, ahora y en la hora de nuestra muerte.  Amén.
Dios te salve, María Santísima, madre de Dios Hijo, virgen purísima y castísima en el parto, en tus manos encomendamos nuestra esperanza para que la alientes; llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores, derrama el efecto de gracia de tu Llama de Amor sobre toda la humanidad, ahora y en la hora de nuestra muerte.  Amén.
Dios te salve, María Santísima, Esposa de Dios Espíritu Santo, virgen purísima y castísima después del parto, en tus manos encomendamos nuestra caridad para que la inflames; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de Tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, los pecadores, derrama el efecto de gracia de tu Llama de Amor sobre toda la humanidad, ahora y en la hora de nuestra muerte.  Amén.
Dios te salve, María Santísima, templo, trono y sagrario de la Santísima Trinidad, virgen concebida sin la culpa  original. Dios te salve, reina y madre, madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra.  Dios te salve,  a ti llamamos los desterrados hijos de Eva, a ti suspiramos gimiendo y llorando en este valle de lágrimas.  Ea pues, señora abogada nuestra, vuelve a nosotros ésos tus ojos misericordiosos y después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre, oh clemente, oh piadosa, oh dulce siempre Virgen María.  Ruega por nosotros, santa madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las divinas gracias y promesas de nuestro Señor Jesucristo, amén.

Letanías en forma de preces, de la Llama de Amor.
Santísima trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo
Ten piedad de nosotros
Santa María
Ruega por nosotros
Señor San José
Protégenos
San Miguel Arcángel
Defiéndenos
Madre Santísima, al Santo Padre
Envuélvelo en tu Llama de Amor
A los cardenales y delegados
Concédeles tu Llama de Amor
A los arzobispos y obispos
Ilumínalos con la luz de tu Llama de Amor
A los asesores eclesiásticos
Instrúyelos con tu Llama de Amor
A todos los sacerdotes
Santifícalo con tu Llama de Amor
A los religiosos de vida consagrada
Sostenlos con tu Llama de Amor
A los misioneros
Protégelos con tu Llama de Amor
A los seminaristas
Fortalécelos con tu Llama de Amor
A las religiosas y novicias
Enciéndelas con tu Llama de Amor
A los cenáculos de oración
Acompáñales con tu Lama de Amor
A los santuarios familiares
Arrópalos con tu Lama de Amor
A los coordinadores, asesores y fieles del movimiento
Guárdalos en tu Llama de Amor
A los seglares comprometidos
Anímales con tu Llama de Amor
Madre nuestra abrázanos con tu Llama de Amor
Concédenos esta gracia
Madre nuestra ilumina las almas
Concédenos esta gracia
Madre nuestra enciende los corazones
Concédenos esta gracia
Madre nuestra fortalece nuestra fe
Concédenos esta gracia
Madre nuestra alienta nuestra esperanza
Concédenos esta gracia
Madre nuestra inflama nuestra caridad
Concédenos esta gracia
Madre nuestra enséñanos a amar a Dios
Concédenos esta gracia
Madre nuestra danos alegría
Concédenos esta gracia
Madre nuestra danos pureza de corazón
Concédenos esta gracia
Madre nuestra danos tus virtudes
Concédenos esta gracia
Madre nuestra danos fortaleza
Concédenos esta gracia
Madre nuestra indícanos el camino
Concédenos esta gracia
Madre nuestra condúcenos al cielo
Concédenos esta gracia
Madre nuestra líbranos del mal
Concédenos esta gracia
Madre nuestra sostennos en la tribulación
Concédenos esta gracia
Madre nuestra ayúdanos en el sufrimiento
Concédenos esta gracia
Madre nuestra escóndenos en la persecución
Concédenos esta gracia
Madre nuestra protege los matrimonios
Concédenos esta gracia
Madre nuestra enfervoriza las familias
Concédenos esta gracia
Madre nuestra defiende a los niños
Concédenos esta gracia
Madre nuestra salva a los jóvenes
Concédenos esta gracia
Madre nuestra sostén a los ancianos
Concédenos esta gracia
Madre nuestra sana a los enfermos
Concédenos esta gracia
Madre nuestra cobija a los niños no nacidos
Concédenos esta gracia
Madre nuestra bendice a las madres embarazadas
Concédenos esta gracia
Madre nuestra guía a las madres solteras
Concédenos esta gracia
Madre nuestra consuela a las viudas
Concédenos esta gracia
Madre nuestra ampara a los huérfanos
Concédenos esta gracia
Madre nuestra ayuda a los desempleados
Concédenos esta gracia
Madre nuestra une a los cristianos
Concédenos esta gracia
Madre nuestra defiende a nuestra nación
Concédenos esta gracia
Madre nuestra transforma a los gobernantes
Concédenos esta gracia
Madre nuestra aléjanos de vicios y corrupción
Concédenos esta gracia
Madre nuestra quita el materialismo en el mundo
Concédenos esta gracia
Madre nuestra líbranos de falsas creencias
Concédenos esta gracia
Madre nuestra acerca a los alejados
Concédenos esta gracia
Madre nuestra convierte a los incrédulos
Concédenos esta gracia
Madre nuestra calienta a los fríos
Concédenos esta gracia
Madre nuestra impulsa a los tibios
Concédenos esta gracia
Madre nuestra ayuda a los encarcelados
Concédenos esta gracia
Madre nuestra levanta a los caídos
Concédenos esta gracia
Madre nuestra libera a los oprimidos
Concédenos esta gracia
Madre nuestra ilumina a los desesperados
Concédenos esta gracia
Madre nuestra encuentra a los extraviados
Concédenos esta gracia
Madre nuestra salva a los agonizantes
Concédenos esta gracia
Madre nuestra libera a las almas del purgatorio
Concédenos esta gracia

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos, amén. Madre mía, luz defensora, la Llama de Amor de tu inmaculado corazón, triunfará en medio de nuestros tormentos.
Oraciones finales.
(Oración que contiene los deseos de Jesús y nos une a El, pidamos por la unidad de todos los cristianos)
Oración para segar a Satanás.
Jesús, que nuestros pies, vayan juntos,
Que nuestras manos, recojan unidas,
Que nuestros corazones, latan al unísono,
Que nuestro interior, sienta lo mismo,
Que el pensamiento de nuestras mentes, sea uno,
Que nuestros oídos, escuchen juntos el silencio,
Que nuestras miradas, se compenetren profundamente, fundiéndose la una en la otra,
Y que nuestros labios, supliquen juntos al eterno Padre, para alcanzar misericordia.
Amén.
Oración al corazón inmaculado de María.
O corazón inmaculado de María, lleno de bondad, muéstranos tu amor.
Que la llama de tu corazón, oh María, descienda sobre todos los hombres.
Nosotros te amamos con todo nuestro ser.
Pon en nuestros corazones el amor verdadero,
Para que así tengamos un deseo continuo de Ti.
¡Oh María de corazón dulce y humilde!
Acuérdate de nosotros cuando estemos en pecado.
Por medio de tu corazón inmaculado y materno.
Concédenos ser curados de toda enfermedad espiritual y física.
Has que siempre podamos ver la bondad de tu corazón maternal
Y podamos convertirnos por tu Llama de Amor, amén.

(Finalizamos este santo rosario, bañándonos con la sangre preciosa de nuestro Señor Jesucristo)

La señal de la Cruz.
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor Dios nuestro, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.



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viernes, 15 de julio de 2011

EL HIJO PREFERIDO

Cierta vez preguntaron a una madre cuál era su hijo preferido, aquel que ella mas amaba. Ella, dejando entrever una sonrisa, respondió:
"Nada es más voluble que un corazón de madre, y, como madre, le respondo: el hijo dilecto, aquel a quien me dedico en cuerpo y alma:
Es mi hijo enfermo, hasta que sane.
El que partió, hasta que vuelva.
El que está cansado, hasta que descanse.
El que está con hambre, hasta que se alimente.
El que está con sed, hasta que beba.
El que está estudiando, hasta que aprenda.
El que está desnudo, hasta que se vista.
El que no trabaja, hasta que se emplée.
El que se enamora, hasta que se case.
El que se casa, hasta que conviva.
El que es padre, hasta que los críe.
El que prometió, hasta que cumpla.
El que debe, hasta que pague.
El que llora, hasta que calle.
Y ya con el semblante bien distante de aquella sonrisa, completó:
El que ya me dejó... hasta que lo reencuentre..."
Enviado por Julio Luna Luna
Una madre siempre ve en su hijo la esperanza dormida que un día despertará, Su fe siempre la sostiene. Madre es madre, aunque el hijo se olvide de ella.
A la mujer estéril le da un hogar y le concede la dicha de ser madre. *¡Aleluya! ¡Alabado sea el Señor! Salmo 113:9
Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre,y no abandones la enseñanza de tu madre. Proverbios 1:8

domingo, 10 de julio de 2011

El Corazón generoso y tierno de María

Santa María no tuvo más corazón ni más vida que la de Jesús. Una vida y un corazón humanos pero de Jesús. ¿Podemos, acaso, tu y yo amar y entregarnos de igual manera? El corazón humano de María pudo hacerlo. Tú y yo tenemos su propio corazón como un escalón a la Puerta Santa que es Jesús. Con el ejemplo de la Santa Madre de Dios, no solo sabemos que podemos amar a Cristo, debemos amarle así porque la tenemos a Ella misma como intercesora.

Corazón generoso y tierno corazón como por naturaleza es el de toda mujer que es madre, el de María nos inspira profundamente. Y podríamos admirar a la Virgen por amar al Niño Dios, de igual manera que admiramos a cualquier madre que sostiene a su pequeño en los brazos. Pero el corazón de María ya era de Dios aún antes de la Anunciación. Había decidido reservar su corazón a Dios sin necesitar algún prodigio. En la Anunciación se consuma la previa entrega que ya se había realizado. ¿Cómo nos extraña entonces que haya podido pronunciar esas palabras que la han subido a la cúspide de la Fe "Hágase en mí según tu palabra"? Pensándolo con mayor hondura el corazón de María, sí es corazón humano, no solo era capaz de eso, sino de mucho más.

El corazón amoroso y entregado es, en su generosidad, un corazón fiel: Un corazón humano al pie de la cruz. Si con facilidad podíamos imaginar la ternura de la escena en el pesebre, con gran dificultad podemos apenas hacer un esbozo en la imaginación de la Santísima Virgen recibiendo de José de Arimatea el cuerpo ensangrentado de su hijo. ¿Cómo imaginar el dolor de una Madre que limpia, con mano trémula, la sangre de su hijo? Remueve en lo más profundo aún a nuestro propio y durísimo corazón el pensar en la mirada de María ante el rostro desfigurado y atrozmente golpeado de Jesucristo. Y su corazón dolido estaba ahí, fiel, al pie de la cruz. ¿Dónde está nuestra corazón? ¿Al pie de la cruz como el de la Santísima Virgen o escondido y alejado como el de los discípulos que abandonaron al Señor?

El corazón de María nos muestra todas las encontradas emociones que un corazón es capaz de sentir. Es el corazón de la Virgen uno tan grande y tan generoso, que es además nuestro propio refugio. Su corazón es, además de ejemplo y con dignidad sobresaliente para ser admirado, el consuelo para la aflicción. ¿Cuánto no comprenderás nuestros humanos dolores ella que enfrentó el dolor más profundo que se pueda experimentar?

 
Pero el corazón humano de nuestra Madre en Cristo no solo es un ejemplo de ternura amorosa o de abyecto dolor. María en su corazón es la Madre del buen consejo, y quien mejor nos puede enseñar a vivir el amor al prójimo. Poderoso corazón el de María, que puede convertir nuestro egoísmo y amor propio en caridad y amor a Dios. El corazón entregado de María debería enseñarlos a pedirle confiados a Dios: "Padre, mi corazón puede poco ¡Haz que te ame mas!".


Es a la Madre de Dios a quien hemos de acudir para pedirle que nos enseñe a amar más, a entregar más, a ser más justos, a rogarle que con su corazón dulcísimo nos proteja, nos enseñe, nos guíe.

El corazón humano de María. Humano. Como el tuyo y como el mío.
Autor: Oscar Colorado Nates | Fuente: Catholic.net

martes, 5 de julio de 2011

LAS MANOS JUNTAS DE MARIA

En la mayoría de las imágenes de María,la encontramos con las manos juntas.

Por así decirlo, se refuerza esa esperanza, esa certeza en la protección materna de la Virgen. Esas manos juntas de la Virgen nos recuerdan permanentemente que el oficio más importante de Ella en lo más alto de los Cielos es interceder, es rezar. ¿A quién se acercan los hombres y mujeres? ¡A aquellos que saben que rezan por ellos! Como se dice en el Oficio de Pastores, en el responsorio: "¡Éste es el que ama a sus hermanos, el que ora mucho por su pueblo!".

Esas manos juntas de la Virgen nos recuerdan que Ella sigue cumpliendo en el Cielo ese oficio principal, que fue su oficio principal también aquí en la tierra, porque entre los muchos privilegios que tiene la Santísima Virgen hay un privilegio que hace que Ella sea el refugio de los pecadores; hace que Ella sea el imán que atrae a las multitudes, hace que Ella sea llamada bienaventurada por todas las generaciones, y a medida en que nos vayamos acercando al fin de los tiempos, más aún; de alguna manera, como vemos en la actualidad, los Santuarios que mayor número de peregrinos tienen son santuarios de la Virgen: Guadalupe, Lourdes, Fátima, Luján, etc.

Esas manos juntas nos recuerdan que un día en Caná de Galilea Jesús le dijo: "no ha llegado mi hora", porque se habían quedado sin vino. Sin embargo, la Santísima Virgen, con plena conciencia de que Ella es Madre del Hijo de Dios, va a imperarles a los servidores: «¡Haced lo que Él os diga!». El Hijo Único de Dios, Aquel que es consustancial al Padre y al Espíritu Santo, no pudo decir que no a esa intercesión, a ese pedido de la Santísima Virgen, y por así decirlo se vio obligado a realizar ese primer milagro, porque la Santísima Virgen es la "Omnipotencia suplicante". No es omnipotente como Dios es omnipotente. Como Dios es omnipotente, sólo Dios es omnipotente. La Virgen no tiene la omnipotencia por su naturaleza, que es una naturaleza humana, pero sí tiene una forma muy particular de omnipotencia: es la "Omnipotencia suplicante", es la omnipotencia de aquella que siempre alcanza lo que pide, porque así como su Hijo la escuchó en Caná de Galilea, así su Hijo en este mismo instante sigue escuchando todos y cada uno de los pedidos de la Santísima Virgen.

Por eso, por muy difíciles que sean los momentos para nosotros, Aquella que ha comenzado en nosotros la obra buena, Ella misma la llevará a feliz término.

Por eso hoy, con renovado fervor, nos encomendamos a María; le pedimos por nuestra familia, por nuestros trabajos, necesidades y enfermedades. Y le pedimos a Ella la gracia de poder aportar nuestro pequeño granito de arena para la construcción del Reino de Dios.

Esas manos juntas de María, nos invitan a la oración, las manos juntas de la Inmaculada de Lourdes, y las manos juntas de la Inmaculada de Fátima: "Rezad, rezad mucho, dijo con aire de tristeza, y haced sacrificios por los pecadores, pues van muchas almas al infierno, por no tener quien se sacrifique y pida por ellas".

viernes, 1 de julio de 2011

Con María...esperado Pentecostés

Aquí te espero, Señora mía, en este punto de mi vida y unos días antes de Pentecostés para que tú, Madre querida, me enseñes, me expliques, me acompañes a recibir al que nos ha prometido Jesús...

Quiero encontrarte hoy Señora, mas, ¿dónde te busco?... mi alma comienza a susurrarte amorosamente un Ave María: Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo... Sí, Madre, el Señor es contigo y eres llena de gracia... llena de gracia, esa gracia que enamora al mismo Dios, y ha sido sembrada en tu alma por el Espíritu Santo... tú le conoces bien, Señora, háblanos de El...

Y mi corazón te busca, y tú, siempre atenta, te llegas a mi alma y a mis sueños y me cuentas... me enseñas... me amas...

- Hija querida, para que tu corazón entienda lo que significa albergar al Espíritu Santo, lo primero y mas necesario es que sea un corazón de puertas abiertas... un corazón que espera, un corazón que confía mas allá de los límites, un corazón que pide a Jesús a cada instante "Señor, aumenta mi fe"...

- Es bien cierto Señora, tú has hallado gracia delante de Dios por tu oración silenciosa, perseverante, confiadísima, y por tus virtudes, delicadamente sembradas en el alma de quien debía recibir al Salvador del mundo, y aceptadas por ti con alegría, y vividas con fe, no como carga u obligación, sino como signo de amor... Señora, tú conoces bien al Espíritu... no en vano la Iglesia nos dice que eres su fiel esposa...

- Así es hija, el Espíritu llego a mí el día de la Encarnación como propuesta de amor... Y me inundó el alma... mi vida no fue la misma a partir de aquel día, es que las personas ya no son las mismas luego que El entra en sus almas...

- ¿Cómo es esto, Señora? ¿Cómo sabemos que El ha llegado a nuestra alma?, lo sabemos por fe, sí, que lo hemos recibido en el Bautismo y en la Confirmación, pero... ¿como nos damos cuenta en nuestra vida diaria, en la rutina, de que nos estamos dejando guiar por El o si hacemos oídos sordos a sus consejos, a las santas inclinaciones que sugiere a nuestra alma?

- No eres la primera que me hace esta pregunta... Hace ya tiempo me la hizo Tomas... sí, Tomas, el Mellizo, el Apóstol, el que no había creído cuando Jesús se presentó a sus compañeros..., pero ven, vamos a Jerusalén, así lo ves por ti misma...

Mi corazón cierra los ojos al mundo y te sigue, es una sensación hermosa, seguirte, adondequiera que vayas, seguirte, no hay camino más hermoso, María, no hay camino mas seguro...

Jerusalén se presenta ante nuestros ojos quieto y sin ruido, apenas está por salir el sol, uno que otro habitante va saliendo a sus diarias tareas, entramos las dos a la ciudad sin ser vistas... Llegamos a una construcción de dos plantas, que en nada se diferenciaba del resto de las viviendas... Allí se reunían los Apóstoles y algunas mujeres... Quizás era la misma casa en que se celebró la Ultima Cena, pero no quise preguntar..., era demasiado fuerte toda la situación, preferí seguirte sin preguntas...

Entraste, delicadamente, como entras en las almas de los que te aman, te sigo..., era el día de Pentecostés, la fiesta de la cosecha, la plenitud y la abundancia, habían transcurrido 50 días desde el Domingo de Pascua..., los Apóstoles estaban ya reunidos en oración en el piso superior...Te dedicaste a prepararles unos alimentos, te ayudé en lo poco que yo sabía, en realidad, solo atinaba a mirarte, extasiada... Cuando todo estuvo listo, subiste a alimentar a tus amigos, a tus hijos... y recordé como alimentas a todos tus hijos, proporcionando a tus devotos todo lo necesario para el cuerpo y el alma...

Los hombres habían hecho un alto en la oración y agradecieron tu gesto maternal... Cuando bajaste, noté que te seguía Tomas, el Mellizo... el hombre estaba un poco turbado y sus ojos denotaban una gran preocupación...

Señora mía- te dijo, y su voz rebosaba de amor y respeto- necesito preguntaros algo...

Dime hijo, te escucho...

Señora, bien sabes lo que me ha sucedido con el Maestro, cuando me negué a creer en su Resurrección... cuando se presentó ante mí yo me sentí avergonzado a causa de mi incredulidad y lo que más me dolió fue la expresión de sus ojos cuando me dijo "En adelante no seas incrédulo sino hombre de fe"... su mirada reflejaba dolor por mi falta de fe... Señora, no quiero fallarle de nuevo al Maestro, Él nos dijo que nos enviaría el Paráclito, el Espíritu Santo y yo... yo tengo miedo de no reconocerlo... tu sabes, Madre...

Madre... la palabra revoloteaba en el aire y lo perfumaba, sí Madre, Madre nuestra, Madre de la Iglesia, Madre que escucha y aconseja, Madre que calma y consuela... Madre

Tomas, hijo, no temas...-contestó la llena de gracia- no temas... tu corazón debe tener abierta sus puertas al amor de Dios, confiar... Él conoce tus debilidades, pero también conoce tu amor... solo pide, hijo mío, solo pide a Dios luz para el alma, luz para tu corazón, y el Espíritu te dará todo lo que pides y más, mucho más...

¿Cómo lo reconoceré, Señora?

Porque El te dará la fuerza que necesites para cumplir la Voluntad de Dios...

¿Cómo sabré que es lo que Dios espera de mí?

Hijo, lo que Dios espera de ti es que ames como Jesús te ama... el amor, además de mandamiento es camino, y es mandamiento porque es camino... ama, hijo, pero ama como Jesús te ama, con esa intensidad.... No esperes realizar grandes milagros u obras para sentir que estás cumpliendo la voluntad de Dios.... Se puede cumplir la voluntad del Padre en las cosas más sencillas, y se puede desobedecer al Padre también en las cosas más sencillas... La madre, cumple la voluntad de Dios amando, cuidando, alimentando a sus hijos, siendo su amiga y serena consejera.... El padre, cumple la voluntad de Dios protegiendo a su familia, velando por su unidad, siendo faro en las tormentas del alma, llevando calma y paz... un trabajador cumple la voluntad de Dios siendo fiel en su labor, respetando a los demás, buscando siempre la paz...

Tomas te miró con rostro aliviado, te abrazó con infinita ternura y vi como gruesas lágrimas surcaban el rostro del hombre... qué hermosa imagen me regalabas al corazón, Madre querida, un hombre que se abraza a ti y puede llorar... toda la angustia del alma, se transforma en lágrimas y caen sobre tu manto... Y retornan al hombre hechas consejo y camino...

Subimos nuevamente al piso superior, y Pedro comenzó nuevamente las oraciones... De repente vino del cielo un ruido, como el de una violenta ráfaga de viento, que llenó toda la casa, y aparecieron unas lenguas, como de fuego, que se repartieron y fueron posándose sobre cada uno de ellos... Todos quedaron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les concedía que se expresaran...

Los hombres estaban entre maravillados y emocionados, y comenzó a escucharse el griterío de la gente que había llegado atraída por el ruido del viento y se agolpaba fuera de la casa... Los Apóstoles bajaron y se acercaron a las personas que allí estaban y comenzaron a proclamar las maravillas de Dios en distintos idiomas, así, cada uno de los presentes les escuchaba en su propia lengua nativa...

Tan opuesta esta escena a la de la Torre de Babel, donde el orgullo de los hombres provocó el nacimiento de las distintas lenguas y no podían entenderse... aquí, gracias al Espíritu, las diferentes lenguas no eran obstáculo para el mensaje, sino canal por el que llegar a todo hombre...

Tú, Señora mía, te quedaste arriba... yo te pregunté, tímidamente...

¿Y ahora, Madre?

Pues, acabas de presenciar el nacimiento de la Iglesia... Una Iglesia que proclama el amor de Dios en toda lengua y a toda cultura... Una Iglesia de puertas abiertas y corazón orante... una Iglesia que es cuerpo de Cristo... y, como todo cuerpo, tiene muchos miembros...

Explícame esto, Señora...

Hija, todos acaban de ser bautizados en el único Espíritu, y así lo serán los que vayan creyendo el mensaje de Jesús... pero cada uno tiene un lugar dentro del cuerpo Místico de Cristo... para que entiendas... un cuerpo no es solo ojos, o manos, o pies, eso no seria un cuerpo, un cuerpo esta formado por muchos miembros, unos mas notables, otros menos notables, pero todos igualmente necesarios y dignos... algunas personas piensan que porque no es evidente en ellos alguna habilidad especial, no pueden encontrar la voluntad de Dios para ellos, nada más lejos de la realidad... mira, no se trata de las cosas que se hacen, sino del amor con que se hacen.... Tiene mas mérito a los ojos de Dios una mamá que sirve un plato de arroz a sus hijos con infinito amor en la intimidad del hogar, que una persona que alimenta a diez solo para que los demás vean su generosidad..., no se trata de las escalas del mundo sino de las escalas de Dios ¿puedes entenderlo? Todos los bautizados han recibido un don especial del Espíritu Santo... Encontrar ese don, a veces dormido dentro del alma, es todo un esfuerzo, implica idas y venidas en el interior de uno mismo, pero luego de la búsqueda y del esfuerzo, el don despliega las alas... todas las personas son muy capaces para algo, según los dones del Espíritu, algunos serán favorecidos con el don de la sabiduría, otros de la inteligencia, otros de la fortaleza, otros del consejo, para otros habrá espíritu de ciencia y en otros de piedad, y para otros habrá un santo temor de Dios..., pero encontrar esos dones dentro del alma, supone un esfuerzo, nadie pretenda descubrirlos mágicamente... además, luego de encontrarlos hay que hacerlos dar fruto, pues recuerda lo que dijo Jesús "Al que tiene se le dará más y al no tiene, aun lo poco que posee le será quitado" se refería aquí a los dones del Espíritu...

Te acercas a mí, tu mirada me da paz, mucha paz... bajamos, la gente se agolpa a la puerta de la casa, salimos sin ser vistas... Un hombre reparó en ti y te reconoció, se acercó y te dijo...

Señora... Señora...

Me alejé para que hablaran solos... Cuando te retiraste, el hombre tenía la mirada como iluminada, y una sonrisa llena de paz... Los primeros devotos tuyos, Señora, los primeros sencillos y fieles devotos...

Volvemos juntas a mi realidad de todos los días... se acerca el domingo de Pentecostés, quiero esperarlo en oración y con las puertas de mi corazón abiertas, como tu me enseñaste... Debemos despedirnos...

-Gracias, Madre -susurra mi alma sin ganas de dejarte- gracias... cada vez que mi corazón te encuentra termina fortalecido, gracias...

- Nos vemos, querida, nos vemos en la misa de Pentecostés, te estaré esperando...

Vuelvo a mi realidad, mientras mi corazón te da el último abrazo y se despide de ti...

Tú susurras algo, que no alcanzo a escuchar... Me quedo con la duda ¿Qué dijiste María, que mi apuro no me dejó oír?... Un pensamiento me viene al corazón, quizás dijiste..."Hija, algún día comprenderás que no hay despedidas entre nosotras, que siempre estamos juntas, que siempre estoy a tu lado, aunque muchas veces, tu angustia, tu soledad, tu tristeza, no te permita verme"....

Amigo que lees estas líneas... espero que tengas un hermoso domingo de Pentecostés... que tu corazón se llene de fuerza para multiplicar los hermosos dones con que el Espíritu ha adornado tu alma...


NOTA:

"Estos relatos sobre María Santísima han nacido en mi corazón y en mi imaginación por el amor que siento por ella, basados en lo que he leído. Pero no debe pensarse que estos relatos sean consecuencia de revelaciones o visiones o nada que se le parezca. El mismo relato habla de "Cerrar los ojos y verla" o expresiones parecidas que aluden exclusivamente a la imaginación de la autora, sin intervención sobrenatural alguna."
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