En la última aparición, octubre de 1917, la Virgen María dijo por fin su nombre: “Soy la Señora del Rosario”, y volvió a insistir en su recomendación: “Sigan rezando el rosario todos los días".

sábado, 7 de abril de 2012

Rosario bendito de María, dulce candela que nos prende a Dios

"El Rosario me acompañó en los momentos de alegría y en las pruebas. A él confié tantas preocupaciones, en él siempre encontré refugio. El Rosario es mi oración predilecta. Maravillosa en la simplicidad y en la profundidad." - Estas palabras son del Papa Juan Pablo II, en la Carta Apostólica "Rosarium Virginis Mariae", con la cual inició el "Año del Rosario", que se encierra en este mes de octubre, coronando el 25º aniversario de su proficuo Pontificado. Uniéndose al júbilo universal por esta significativa fecha, reproducimos abajo algunos trechos de esa Carta, en los cuales el Papa procura transmitirnos su amor a esta devoción. (Los subtítulos son de la Redacción.)
Estimulada por numerosos Santos y Pontífices1.jpg
El Rosario de la Virgen María, que al soplo del Espíritu de Dios se fue formando gradualmente en el segundo milenio, es oración amada por numerosos Santos y estimulada por el Magisterio. Muchos de mis predecesores atribuyeron gran importancia a esta oración. Yo mismo no perdí ocasión para exhortar la frecuente recitación del Rosario. Desde mi juventud, esta oración tuvo un lugar importante en mi vida espiritual. El Rosario es mi oración predilecta.
Sería imposible citar la multitud incontable de Santos que encontraron en el Rosario un auténtico camino de santificación. Bastará recordar San Luís María Grignion de Montfort; y, en nuestros días, Padre Pío de Pietrelcina, que recientemente tuve la alegría de canonizar.
Repeticiones de actos de amor
La meditación de los misterios de Cristo es propuesta en el Rosario con un método característico, apropiado por su naturaleza para favorecer la asimilación de los mismos. Es el método basado en la repetición. Esto es visible, sobre todo, con el Avemaría repetida diez veces en cada misterio. Considerando superficialmente una tal repetición, se puede ser tentado a ver el Rosario como una práctica árida y aborrecida. Se llega, sin embargo, a una idea muy diferente cuando se considera el Rosario como expresión de aquel amor que no se cansa de volver a la persona amada con efusiones que, a pesar de semejanzas en su manifestación, son siempre nuevas por el sentimiento que las penetra.
En Cristo, Dios asumió verdaderamente un "corazón de carne". No tiene apenas un corazón divino, rico de misericordia y perdón, sino también un corazón humano, capaz de todas las vibraciones de afecto. Si hubiese necesidad de un testimonio evangélico de esto mismo, no sería difícil encontrarlo en el diálogo conmovedor de Cristo con Pedro después de la Resurrección: "Simón, hijo de Juan, tú me amas?" Por tres veces es hecha la pregunta, y tres veces recibe como respuesta: "Señor, Tú sabes que Te amo" (cf. Jo 21, 15- 17). Además del significado específico del texto, tan importante para la misión de Pedro, no pasa desapercibida a nadie la belleza de esta triple repetición, en la cual la solicitud insistente y la respectiva respuesta son expresadas con términos bien conocidos de experiencia universal del amor humano. Para comprender el Rosario, es preciso entrar en la dinámica psicológica típica del amor.
Una cosa es clara! Si la repetición del Avemaría se dirige directamente a María, con Ella y por Ella es para Jesús que, en último análisis, va el acto de amor. La repetición se alimenta del deseo de una conformación cada vez más plena a Cristo, verdadero "programa" de la vida cristiana.
María, maestra inigualable
Cristo es el Maestro por excelencia, el Revelador y la Revelación. No se trata solamente de aprender las cosas que Él enseñó, sino de "aprender a Él". Sin embargo, en esto, cuál maestra más experimentada que María? Si al lado de Dios es el Espíritu, el Maestro interior, que nos conduce a la verdad plena de Cristo (cf. Jo 14, 26; 15, 26; 16, 13), de entre los seres humanos, nadie mejor que Ella conoce a Cristo, nadie como la Madre puede introducirnos en el profundo conocimiento de su misterio.
La primera de las "señales" realizada por Jesús - la transformación de agua en vino en las bodas de Cana - nos muestra precisamente a María en el papel de maestra, cuando exhorta a los siervos a cumplir las disposiciones de Cristo (cf. Jo 2, 5). Y podemos imaginar que Ella haya desempeñado la misma función con los discípulos después de la Ascensión de Jesús, cuando se quedó con ellos a la espera del Espíritu Santo y los animó en la primera misión. Recorrer con Ella las escenas del Rosario es como frecuentar la "escuela" de María para leer a Cristo, penetrar en sus secretos, comprender su mensaje.
Una escuela, la de María, todavía más eficaz, cuando se piensa que Ella la da obteniéndonos los dones del Espíritu Santo con abundancia y, al mismo tiempo, proponiéndonos el ejemplo de aquella "peregrinación de fe", en la cual es maestra inigualable. Delante de cada misterio del Hijo, Ella nos invita, como en su Anunciación, a colocar humildemente las preguntas que abren a la luz, para concluir siempre con la obediencia de la fe: "He aquí la sierva del Señor, hágase en mí según tu palabra" (Lc 1, 38).
Valor catequético del Rosario
2.jpgSi en la recitación del Rosario todos los elementos para una meditación eficaz fueren debidamente valorizados, tornase, especialmente en la celebración comunitaria en las parroquias y en los santuarios, una significativa oportunidad catequética que los Pastores deben saber aprovechar. La Virgen del Rosario continúa también de este modo su obra de anuncio de Cristo. La historia del Rosario muestra cómo esta oración fue utilizada especialmente por los Dominicos, en un momento difícil para la Iglesia por causa de la difusión de la herejía albigense..
Hoy nos encontramos delante de nuevos desafíos. Por qué no retomar en la mano el Rosario con la fe de los que nos precedieron? El Rosario conserva toda su fuerza y permanece como un recurso no despreciable en el equipaje pastoral de todo buen evangelizador.
Misterios luminosos
De tantos misterios de la vida de Cristo, el Rosario, tal como se consolidó en la práctica más común confirmada por la autoridad eclesial, apunta sólo algunos. Tal selección fue dictada por la estructuración originaria de esta oración, que adoptó el número 150, como el de los Salmos.
Para que el Rosario pueda considerarse más plenamente "compendio del Evangelio", es conveniente que, después de recordar la encarnación y la vida oculta de Cristo (misterios de la alegría), y antes de detenerse en los sufrimientos de la Pasión (misterios del dolor), y en el triunfo de la Resurrección (misterios de gloria), la meditación se concentra también sobre algunos momentos particularmente significativos de la vida pública (misterios de la luz).
El Rosario converge hacia el Crucificado
Un instrumento tradicional en la recitación del Rosario, es el rosario. En su uso más superficial, se reduce frecuentemente a un simple medio para contar y registrar la sucesión de las Avemaría. Pero, se presta también a exprimir simbolismos, que pueden conferir mayor profundidad a la contemplación.
A ese respecto, la primera cosa a notar es cómo el rosario converge hacia el Crucificado, que de esta forma abre y cierra el propio itinerario de la oración. En Cristo, está centrada la vida y la oración de los creyentes. Todo parte de Él, todo tiende a Él, todo por Él, en el Espíritu Santo, llega al Padre.
Rosario, salvación de la Cristiandad Amenazada
Todo lo que fue dicho hasta ahora, manifiesta ampliamente la riqueza de esta oración tradicional, que tiene no sólo la simplicidad de una oración popular, sino también la profundidad teológica de una oración adaptada a quien siente la exigencia de una contemplación más madura.
La Iglesia reconoció siempre una eficacia particular al Rosario, confiándole, mediante su recitación comunitaria y su práctica constante, las causas más difíciles. En momentos en que estuviera amenazada la propia Cristiandad, fue a la fuerza de esta oración que se atribuyó la liberación del peligro, habiendo la Virgen del Rosario sido saludada como propiciadora de la salvación.
Oración orientada para la paz
Las dificultades que el horizonte mundial presenta, en este inicio del nuevo milenio, nos llevan a pensar que sólo una intervención de lo Alto - capaz de orientar los corazones de aquellos que viven en situaciones de conflicto y de cuantos rigen los destinos de las Naciones - permite esperar un futuro menos sombrío.
El Rosario es, por naturaleza, una oración orientada para la paz, precisamente porque consiste en la contemplación de Cristo, Príncipe de la paz y "nuestra paz" (Ef 2, 14). Quien asimila el misterio de Cristo - y el Rosario reconoce esto - aprende el secreto de la paz y de él hace un proyecto de vida. Además de eso, debido a su carácter meditativo con la serena sucesión de las Avemaría, ejerce una acción pacificadora sobre quien lo reza, predisponiéndolo a recibir y experimentar en lo más hondo de sí mismo, y a esparcir a su alrededor, aquella paz verdadera que es un don especial del Resucitado (cf. Jo 14, 27; 20, 21).
En suma el Rosario, al mismo tiempo que nos lleva a fijar los ojos en Cristo, nos torna también constructores de la paz en el mundo. Por sus características de petición insistente y comunitaria, en sintonía con la invitación de Cristo para "orar siempre, sin desfallecer" (Lc 18, 1), aquel permítenos esperar que, también hoy, se pueda vencer una "batalla" tan difícil como es la de la paz.
Oración por la familia: los padres...
El Rosario fue desde siempre también oración de la familia y por la familia. Además, esta oración era particularmente amada por las familias cristianas y favorecía ciertamente su unión. Es preciso no dejar perder esta preciosa herencia. Importa volver a rezar en familia y por las familias, sirviéndose todavía de esta forma de oración. Pido, pues, a todos aquellos que se dedican a la pastoral de las familias para sugerir con convicción la recitación del Rosario.
Retomar la recitación del Rosario en familia significa inferir en la vida diaria imágenes bien diferentes - las del misterio que salva: la imagen del Redentor, la imagen de su Madre Santísima. La familia, que reza unida el Rosario, reproduce en cierta medida el clima de la casa de Nazaret: se pone Jesús en el centro, se comparten con Él alegrías y sufrimientos, se colocan en sus manos necesidades y proyectos, y de Él se recibe la esperanza y la fuerza para el camino.
... y los hijos
Es bueno y fructífero también confiar a esta oración el itinerario de crecimiento de los hijos. Por ventura no es el Rosario el itinerario de la vida de Cristo, desde su concepción hasta la muerte, resurrección y gloria? Hoy se torna cada vez más ardua para los padres, la tarea de guiar a los hijos por las varias etapas de su vida. En la sociedad de la tecnología avanzada, de los mass-media y de la globalización, todo se tornó tan rápido y la distancia cultural entre las generaciones es cada vez mayor. Los pedidos más diversos y las experiencias más imprevisibles temprano invaden la vida de los niños y adolescentes, y los padres se sienten a veces angustiados para hacer frente a los riesgos que aquellos corren. No es raro experimentar fuertes desilusiones, constatando la falencia de sus hijos delante de la seducción de la droga, la atracción de un hedonismo desenfrenado, las tentaciones de la violencia, las expresiones más variadas de falta de sentido y de desespero.3.jpg
Rezar el Rosario por los hijos y, más todavía, con los hijos, educándolos desde tierna edad para este momento diario de "paraje orante" de la familia, no trae por cierto la solución de todos los problemas, pero es una ayuda espiritual que no se debe subestimar.
Se puede objetar que el Rosario parece una oración poco adaptada al gusto de los niños y jóvenes de hoy. Pero la objeción parte tal vez de la forma muchas veces poco cuidada de rezarlo. Si el Rosario es bien presentado, estoy seguro de que los propios jóvenes serán capaces de sorprender una vez más a los adultos, asumiendo esta oración y recitándola con el entusiasmo típico de su edad.
"Que este pedido mío no quede ignorado!"
Queridos hermanos y hermanas! Una oración tan fácil y al mismo tiempo tan rica merece verdaderamente ser descubierta de nuevo por la comunidad cristiana.
Me dirijo de modo particular a vosotros, amados Hermanos en el Episcopado, sacerdotes y diáconos, y a vosotros, agentes pastorales en los diversos ministerios, pidiendo que, experimentando personalmente la belleza del Rosario, vosotros os tornéis en solícitos promotores del mismo.
Pienso en vosotros todos, hermanos y hermanas de cualquier condición, en vosotros, familias cristianas, en vosotros, enfermos y ancianos, en vosotros, jóvenes: retomad confiadamente en las manos el Rosario, haciendo su explicación a la luz de la Escritura, de armonía con la Liturgia, en el contexto de la vida cotidiana.
Que este pedido mío no quede ignorado!

lunes, 2 de abril de 2012

Mensaje del 2 de abril de 2012 en Medjugorje, Bosnia-Herzegovina


"Queridos hijos, como Reina de la Paz deseo darles a ustedes, mis hijos, la paz, la verdadera paz que viene del Corazón de Mi Hijo Divino. Como Madre oro para que en sus corazones reine la sabiduría, la humildad y la bondad: que reine la paz, que reine Mi Hijo. Cuando Mi Hijo sea el soberano en sus corazones, podrán ayudar a los demás a conocerlo. Cuando la paz del cielo les conquiste, aquellos que la buscan en lugares equivocados, dando de esta manera dolor a Mi Corazón materno, la reconocerán. Hijos míos, grande será mi alegría cuando pueda ver que acogen mis palabras y desean seguirme. No tengan miedo, no están solos. Entréguenme sus manos y yo los guiaré. No olviden a sus pastores. Oren para que sus pensamientos estén siempre con Mi Hijo, que los ha llamado para que lo testimonien. Les agradezco!"

lunes, 26 de marzo de 2012

GRUPO DE ORACIÓN




Hola a todos mis cyberangelitos;
Como había publicado, en unión con mis blogs, cree un grupo de oración en el cual hacemos el santo rosario y pedimos por todas las peticiones que llegan al blog de oración de cristal y por las personas que así me lo piden, por ahora somos pocos, este domingo solo pudo asistir patricia, angélica y su hermana no pudieron, igualmente les comparto las fotografías.

Este domingo fue un día muy especial porque el ángel de Patricia se manifestó, es decir se dejo ver por mi y traía un hermoso mensaje para ella, que era que su padre se pondría bien, que se lo encomendara a María Rosa Mística, sentí el amor que traía y el agrado de nuestra madre bendita de que estuvieras reunidas en oración.

Espero que mas personas se unan a este grupo oración, ya que no hay nada mas lindo que estar unidos en tan hermosa acción que es pedir a Dios y nuestra madre la Virgen María por nuestros hermanos y por nuestras necesidades y también para agradecer las bendiciones que día a día nos dan.

De nuevo te invito a ti que vives en Cali y quieres participar, solo envíanos un email con tu teléfono a tiendatuangel@hotmail.com y a los que están fuera de Colombia unámonos en cadena de oración por favor, la oración tiene un gran poder sobre todo si sale del corazón.

lunes, 19 de marzo de 2012

Un momento de silencio... como San José

Así como hay dolor y alegría, así como hay inquietud y paz; así el hombre tiene en su vida dos cauces por donde transcurre su existencia: La palabra y el silencio.

La palabra, del latín parábola, es la facultad natural de hablar. Solo el hombre disfruta de la palabra. La palabra expresa las ideas que llevamos en nuestra mente y es el mejor conducto para decir lo que sentimos. Hablar es expresar el pensamiento por medio de palabras. Es algo que hacemos momento tras momento y no nos damos cuenta de que es un constante milagro. Hablar, decir lo que sentimos, comunicar todos nuestros anhelos y esperanzas o poder descargar nuestro corazón atribulado, cuando las penas nos alcanzan, a los que nos escuchan.

Nuestra era es la era de la comunicación y de la información. Pero la palabra tiene también su parte contraria: El silencio.

Nuestro vivir transcurre entre estos cauces: la palabra y el silencio. O hablamos o estamos en silencio.

Cuando hablamos "a voces" la fuerza se nos va por la boca... hablamos y hablamos y muchas veces nos arrepentimos de haber hablado tanto... Sin embargo el hablar es algo muy hermoso que nos hace sentir vivos, animosos y nos gusta que nos escuchen.

El silencio es un tesoro de infinito valor. Cuando estamos en silencio somos más auténticos, somos lo que somos realmente.

El silencio es algo vital en nuestra existencia para encontrarnos con nosotros mismos. Es poder darle forma y respuesta a las preguntas que van amalgamando nuestro vivir. ¿Quién soy? ¿De dónde vengo? ¿A dónde voy? Y va a ser en ese silencio donde vamos a encontrar las respuestas, no en el bullicio, en el ajetreo, en el nerviosismo, la música ruidosa, en el "acelere" de la vida inquieta y conflictiva porque es en el silencio y por el silencio donde se escucha la voz de Dios pues bien dicen que "Dios habla quedito"

Meditando en estas cosas pienso en José el carpintero de Nazaret. El hombre a quien se le encomendó la protección y el cuidado de los personajes más grandes de la Historia Sagrada y no nos dejó el recuerdo de una sola palabra suya. Nada nos dijo pero con su ejemplo nos lo dijo todo. Más que el más brillante de los discursos fue su testimonio callado y lleno de amor.

San José, el santo que le dicen: "Abogado de la buena muerte". Porque... ¿A quién no le gustaría morir entre los brazos de Jesús y de María como él murió?

José tuvo una entrega total. Una vida consagrada al trabajo, un desvelo, un cuidado amoroso para estos dos seres que estaban bajo su tutela y supo, como cualquier hombre bueno y padre de familia, del sudor en la frente y el cansancio en las largas jornadas en su taller de carpintería y supo del dolor en el exilio de una tierra extranjera y supo en sus noches calladas y de vigilia del orar a Dios mirando el suave dormir de Jesús y de María, pidiendo fuerzas para cuidar y proteger a aquellos amadísimos seres que tan confiadamente se le entregaban. No tuvo que hablar.

No hay palabras que superen ese silencio de amor y cumplimiento del deber. Ahí está todo. Ahí está Dios. En las pequeñas cosas de todos los días, en la humildad del trabajo cotidiano.

El no fue poderoso, él no tuvo un puesto importante en el Sanedrín, él... supo cumplir su misión y su silencio fue su mayor grandeza.

Las almas grandes no lo van gritando por las plazas y caminos, se quedan en silencio para poder hablar con Dios y Dios sonríe cuando las mira.

Que podamos tener cada día, aunque sean cinco minutos de silencio, para oír la voz de Dios.

Autor: Ma Esther De Ariño | Fuente: Catholic.net


lunes, 12 de marzo de 2012

LA LEYENDA DEL ROSARIO DE PÉTALOS DE ROSAS



 
Las viejas crónicas de la Orden del Carmen cuentan una historia
sencilla y emocionante a la vez.

Érase un Hermano lego, que se llamaba Joaquín; rudo y tosco como
un roble de las montañas de Castilla, pero cándido y bueno como un trozo de pan. No tenía letras, ni su cabeza estaba ya en condiciones
de aprenderlas, por lo que el Superior le encomendó guardar una
punta de ganado que poseía el Monasterio; los demás Hermanos le miraban con compasión, pero Fr. Joaquín estaba muy a su gusto
con el oficio, porque el campo le hablaba de Dios en el único
lenguaje que él entendía.

Con esto dicho se está que Fr. Joaquín era un lego muy piadoso y bueno. Hasta se llegó a susurrar por el Monasterio que Fr. Joaquín veía a la Virgen en el campo y que Esta le cuidaba el ganado mientras él rezaba, porque en sus muchos años de pastor nunca había extraviado una res,
ni el lobo voraz en los crudos días de invierno había hecho presa en
ninguna de ellas. La historia no dice si estas visiones tuvieron lugar o no, pero afirma que efectivamente Fr. Joaquín era muy devoto de
la Virgen y que todos los días le rezaba su rosario mientras
conducía su hato al aprisco acogedor. Esto era para él
una obligación sagrada, y nada ni nadie podían estorbar
su cumplimiento.



Cierto día se le olvidó el rosario en el Monasterio. ¿Cómo rezar
ahora su devoción favorita? El candoroso Hermano tuvo una idea original: a la vera de una ciénaga donde abrevaba el ganado,
crecía un juncal; arrancó de un tirón unos juncos verdes y con
ellos fue atando unas pedrezuelas de diez en diez que separó
con un palito atravesado, y así improvisó un rosario con el
que pudo cumplir con su devoción.
La Virgen se lo premió. Porque, cuenta la leyenda que al ir a
cerrar su rebaño en el aprisco colgó este original rosario de la
rama de un próximo enebro por si le necesitaba al día siguiente.
Y cuando con la luz del día se acercó al enebro para descolgar
su rosario, halló colgada en él una guirnalda de rosas blancas,
separadas de diez en diez por una rosa encarnada.
Era el rosario de Fr. Joaquín.
La noticia se corrió por el Monasterio y se quiso perpetuar
este regalo de la Virgen a su fiel devoto convirtiendo las
rosas en cuentas de rosario. Esta historia, con sabor de
leyenda medieval, es la que ha dado origen al rosario de
pétalos de rosa de olor permanente hecho con las rosas más
fragantes de Castilla y por procedimientos que se han venido transmitiendo en la Orden de generación en generación;
fragantes rosas de Castilla, que el azul intenso de su cielo cobra y
el clima duro de su suelo fija como ninguna otra región del mundo,
que ahora se tornan oración viva a la más perfumada de las rosas,
 la Rosa Mística, la gloriosa Virgen María.



Publicado por PP. Carmelitas de Burgos
(España)

viernes, 2 de marzo de 2012

¿Qué pide la Virgen?


 El principal llamado que nos hace Maria es a la Conversión, el hombre, creado por Dios, solo en Él encuentra la plenitud y la felicidad. La Virgen Maria nos invita a poner a Dios en el primer lugar de nuestras vidas, para así encontrar la verdadera paz en nuestro corazón. La espiritualidad de Medjugorje se basa en “5 piedras” dadas por la misma Virgen, estas “5 piedras” son:
La oración con el corazón
Especialmente el rezo del Santo Rosario. Maria nos invita a rezar esta humilde oración con el corazón y con atención, ya que la misma nos permite contemplar los momentos (misterios) mas importantes de la vida de Jesús con Maria. En la oración, nos dice Maria, podemos encontrar la solución a aún aquello que nos parece imposible.

La Santa Misa
Un día dijo Maria a los videntes: “entre una aparición mía yla Santa Misa, ustedes vayan a la Santa Misa, pues en la Santa Misa está Jesús.” Los videntes han dicho que es más importante comulgar que ser vidente. Ella nos invita a vivir la Santa Misa como una experiencia de Dios. Nos pide que preparemos la Misa yendo unos minutos antes, estando atentos y en estado de gracia, para de esta forma abrir el corazón para encontrarnos con Jesús que viene a nuestro encuentro.
 

La lectura de la Biblia 
Maria nos invita a leer, y especialmente a meditar, la Palabra de Dios frecuentemente. Nos invita a orar con la Biblia, a hacer un pequeño altar en nuestras casas, con una imagen de Jesús o Maria, agua bendita y la Sagrada Escritura, de tal forma que nos estimule a leerla y a meditarla.

El ayuno
También nos invita a hacer ayuno miércoles y viernes a pan y agua. El ayuno es una practica que realizaban los profetas, el mismo Jesús siendo Dios, ayuno durante 40 días; muchos fueron los santos que siguieron los pasos de Jesús con el ayuno. El ayuno es una tradición antiquísima de la Iglesia que lamentablemente se ha perdido en los últimos tiempos. En la Biblia vemos como en un momento se le acercan a Jesús sus discípulos y le preguntan por qué los discípulos de Juan el bautista ayunaban y ellos no lo hacían. El Señor les respondió que ahora no ayunaban porque Él estaba con ellos, pero que cuando Él se fuera ellos lo harían. De esta forma vemos la importancia de esta práctica tan contracultural en estos tiempos pero la cual es una herramienta poderosísima para abrir nuestro corazón a la gracia y al amor de Dios. No se trata de un mero auto-sufrimiento, sino de un sacrifico por un bien infinitamente mayor. El ayuno no es un fin en íi mismo, sino un medio poderosísimo que purifica nuestro corazón para el encuentro con Dios.

La confesión
Por último Maria nos invita al Sacramento de la reconciliación. Al igual que en la parábola del Hijo prodigo, Dios esta siempre esperándonos para perdonarnos, para sanar nuestro corazón herido por nuestros pecados. La Virgen nos invita a preparar bien este sacramento donde nos encontramos con la infinita misericordia de Dios, quien se alegra inmensamente al vernos volver a Él. Hoy día, los mismos cristianos hemos olvidado y dejado de practicar este importante Sacramento que nos sana y nos devuelve la verdadera paz. Muchos piensan que pueden pedir perdón a Dios desde sus casas, que no es necesario confesarse, que porque deben confesarse ante un Sacerdote. La respuesta a estas preguntas nos la da el mismo Jesús que le dijo a Pedro y en él a la Iglesia: “los pecados que desates en el la tierra, quedaran desatados en el cielo”. El mismo Cristo, dejó en manos de la Iglesia este Sacramento de amor que hoy la misma Virgen nos invita a celebrar con el corazón.
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