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lunes, 25 de junio de 2012
Mensaje del 25 de junio de 2012 en Medjugorje, Bosnia-Herzegovina
“¡Queridos hijos! Con gran esperanza en el corazón, también hoy los invito a la oración. Cuando oran hijitos, ustedes están conmigo y buscan la voluntad de mi Hijo y la viven. Estén abiertos y vivan la oración, y que en cada momento ella sea para ustedes condimento y alegría de su alma. Yo estoy con ustedes e intercedo por todos ustedes ante mi Hijo Jesús. Gracias por haber respondido a mi llamado.”
sábado, 23 de junio de 2012
Mensaje extraordinario dado por la Virgen a Iván el día 22 de junio de 2012 en el Podbro
«Esto
es lo más importante del encuentro con la Virgen esta noche, descrito con las
siguientes palabras que les doy. La Virgen ha venido esta noche muy contenta y
feliz. Y al inicio, como en cada encuentro, nos ha saludado a todos con su
saludo materno: “Sea alabado Jesús, queridos hijos míos.” Luego
la Virgen ha extendido los brazos y ha orado aquí sobre todos nosotros un largo
tiempo; ha orado en su lengua, la hebrea. Luego nos ha bendecido a todos con su
bendición materna y ha bendecido todo lo que ustedes han traído para la
bendición. Esta noche, la Virgen, oró de forma particular por los enfermos aquí
presentes. Después dijo:
“Queridos
hijos, también hoy los invito de nuevo: decídanse por Jesús, decídanse y vayan
junto a Él en el futuro. Yo estoy con ustedes, queridos hijos, porqué mi Hijo me
permitió estar tanto tiempo con ustedes, porqué deseo guiarlos, instruirlos,
educarlos, deseo guiarlos a todos ustedes a mi Hijo, deseo guiarlos a todos
ustedes al Paraíso. Por lo tanto, también hoy, los invito de nuevo: decídanse
por Él, pónganlo en el primer lugar en sus vidas. Queridos hijos, este mundo en
el que ustedes viven es pasajero, por eso decídanse: decídanse por la paz, vivan
la paz, decídanse por la oración, oren, queridos hijos, oren, oren. Gracias,
queridos hijos, porque también hoy han respondido a mi
llamada.”
Iván encomendó
a todos los presentes, todas sus necesidades, sus intenciones, sus familias, y
en particular a los enfermos. Luego siguió una breve conversación mía con la
Virgen, que queda sólo entre nosotros, después de esta conversación la Virgen se
marchó en el signo luminoso de la luz y de la cruz con su saludo: “Vayan
en paz, queridos hijos míos.” Esto es lo más importante de esta noche,
dicho con mis palabras. ¡Gracias!»
martes, 19 de junio de 2012
El Corazón generoso y tierno de María
Santa María no tuvo más corazón ni más vida que la de Jesús. Una vida y un corazón humanos pero de Jesús. ¿Podemos, acaso, tu y yo amar y entregarnos de igual manera? El corazón humano de María pudo hacerlo. Tú y yo tenemos su propio corazón como un escalón a la Puerta Santa que es Jesús. Con el ejemplo de la Santa Madre de Dios, no solo sabemos que podemos amar a Cristo, debemos amarle así porque la tenemos a Ella misma como intercesora.
Corazón generoso y tierno corazón como por naturaleza es el de toda mujer que es madre, el de María nos inspira profundamente. Y podríamos admirar a la Virgen por amar al Niño Dios, de igual manera que admiramos a cualquier madre que sostiene a su pequeño en los brazos. Pero el corazón de María ya era de Dios aún antes de la Anunciación. Había decidido reservar su corazón a Dios sin necesitar algún prodigio. En la Anunciación se consuma la previa entrega que ya se había realizado. ¿Cómo nos extraña entonces que haya podido pronunciar esas palabras que la han subido a la cúspide de la Fe "Hágase en mí según tu palabra"? Pensándolo con mayor hondura el corazón de María, sí es corazón humano, no solo era capaz de eso, sino de mucho más.
El corazón amoroso y entregado es, en su generosidad, un corazón fiel: Un corazón humano al pie de la cruz. Si con facilidad podíamos imaginar la ternura de la escena en el pesebre, con gran dificultad podemos apenas hacer un esbozo en la imaginación de la Santísima Virgen recibiendo de José de Arimatea el cuerpo ensangrentado de su hijo. ¿Cómo imaginar el dolor de una Madre que limpia, con mano trémula, la sangre de su hijo? Remueve en lo más profundo aún a nuestro propio y durísimo corazón el pensar en la mirada de María ante el rostro desfigurado y atrozmente golpeado de Jesucristo. Y su corazón dolido estaba ahí, fiel, al pie de la cruz. ¿Dónde está nuestra corazón? ¿Al pie de la cruz como el de la Santísima Virgen o escondido y alejado como el de los discípulos que abandonaron al Señor?
El corazón de María nos muestra todas las encontradas emociones que un corazón es capaz de sentir. Es el corazón de la Virgen uno tan grande y tan generoso, que es además nuestro propio refugio. Su corazón es, además de ejemplo y con dignidad sobresaliente para ser admirado, el consuelo para la aflicción. ¿Cuánto no comprenderás nuestros humanos dolores ella que enfrentó el dolor más profundo que se pueda experimentar?
Pero el corazón humano de nuestra Madre en Cristo no solo es un ejemplo de ternura amorosa o de abyecto dolor. María en su corazón es la Madre del buen consejo, y quien mejor nos puede enseñar a vivir el amor al prójimo. Poderoso corazón el de María, que puede convertir nuestro egoísmo y amor propio en caridad y amor a Dios. El corazón entregado de María debería enseñarlos a pedirle confiados a Dios: "Padre, mi corazón puede poco ¡Haz que te ame mas!".
Es a la Madre de Dios a quien hemos de acudir para pedirle que nos enseñe a amar más, a entregar más, a ser más justos, a rogarle que con su corazón dulcísimo nos proteja, nos enseñe, nos guíe.
El corazón humano de María. Humano. Como el tuyo y como el mío.
Autor: Oscar Colorado Nates | Fuente: Catholic.net
Corazón generoso y tierno corazón como por naturaleza es el de toda mujer que es madre, el de María nos inspira profundamente. Y podríamos admirar a la Virgen por amar al Niño Dios, de igual manera que admiramos a cualquier madre que sostiene a su pequeño en los brazos. Pero el corazón de María ya era de Dios aún antes de la Anunciación. Había decidido reservar su corazón a Dios sin necesitar algún prodigio. En la Anunciación se consuma la previa entrega que ya se había realizado. ¿Cómo nos extraña entonces que haya podido pronunciar esas palabras que la han subido a la cúspide de la Fe "Hágase en mí según tu palabra"? Pensándolo con mayor hondura el corazón de María, sí es corazón humano, no solo era capaz de eso, sino de mucho más.
El corazón amoroso y entregado es, en su generosidad, un corazón fiel: Un corazón humano al pie de la cruz. Si con facilidad podíamos imaginar la ternura de la escena en el pesebre, con gran dificultad podemos apenas hacer un esbozo en la imaginación de la Santísima Virgen recibiendo de José de Arimatea el cuerpo ensangrentado de su hijo. ¿Cómo imaginar el dolor de una Madre que limpia, con mano trémula, la sangre de su hijo? Remueve en lo más profundo aún a nuestro propio y durísimo corazón el pensar en la mirada de María ante el rostro desfigurado y atrozmente golpeado de Jesucristo. Y su corazón dolido estaba ahí, fiel, al pie de la cruz. ¿Dónde está nuestra corazón? ¿Al pie de la cruz como el de la Santísima Virgen o escondido y alejado como el de los discípulos que abandonaron al Señor?
El corazón de María nos muestra todas las encontradas emociones que un corazón es capaz de sentir. Es el corazón de la Virgen uno tan grande y tan generoso, que es además nuestro propio refugio. Su corazón es, además de ejemplo y con dignidad sobresaliente para ser admirado, el consuelo para la aflicción. ¿Cuánto no comprenderás nuestros humanos dolores ella que enfrentó el dolor más profundo que se pueda experimentar?
Pero el corazón humano de nuestra Madre en Cristo no solo es un ejemplo de ternura amorosa o de abyecto dolor. María en su corazón es la Madre del buen consejo, y quien mejor nos puede enseñar a vivir el amor al prójimo. Poderoso corazón el de María, que puede convertir nuestro egoísmo y amor propio en caridad y amor a Dios. El corazón entregado de María debería enseñarlos a pedirle confiados a Dios: "Padre, mi corazón puede poco ¡Haz que te ame mas!".
Es a la Madre de Dios a quien hemos de acudir para pedirle que nos enseñe a amar más, a entregar más, a ser más justos, a rogarle que con su corazón dulcísimo nos proteja, nos enseñe, nos guíe.
El corazón humano de María. Humano. Como el tuyo y como el mío.
Autor: Oscar Colorado Nates | Fuente: Catholic.net
sábado, 16 de junio de 2012
Mensaje extraordinario dado por la Virgen a Iván el día 15 de junio de 2012 en el Podbro
«La
Virgen ha venido esta noche muy contenta y feliz. Y al inicio, como en cada
encuentro, nos ha saludado a todos con su saludo materno: “Sea alabado
Jesús, queridos hijos míos.” Luego la Virgen ha extendido los brazos y
ha orado aquí sobre todos nosotros un largo tiempo. Ha orado especialmente por
los enfermos aquí presentes. Luego, en particular, nos ha bendecido a todos con
su bendición materna y ha bendecido todo lo que ustedes han traído para la
bendición. Después la Virgen dijo:
“Queridos
hijos, saben que la Madre los ama y desea guiarlos con amor. He venido a
decirles que Dios existe, por lo tanto, también hoy deseo
invitarlos: decídanse por Él, pónganlo en primer lugar en sus vidas y en sus
familias y vayan junto con Él en el futuro. Queridos hijos, en este tiempo de
gracia que viene, deseo que renueven mis mensajes y que me digan: 'Sí, sí' .
Gracias, queridos hijos, por haberme dicho sí."
Iván encomendó
a todos los presentes, todas sus necesidades, sus intenciones, sus familias, y
en particular a los enfermos. Luego siguió una breve conversación entre él y la
Virgen, después de esto la Virgen se marchó en el signo luminoso de la luz y de
la cruz con su saludo: “Vayan en paz, queridos hijos
míos.”»
sábado, 9 de junio de 2012
SÚPLICA A LA VIRGEN PARA SER BUEN CRISTIANO
Santísima Señora, Madre de Dios; tú eres la más pura de alma y cuerpo, que vives más allá de toda pureza, de toda castidad, de toda virginidad; la única morada de toda la gracia del Espíritu Santo; que sobrepasas incomparablemente a las potencias espirituales en pureza, en santidad de alma y cuerpo; mírame culpable, impuro, manchado en el alma y en el cuerpo por los vicios de mi vida impura y llena de pecado; purifica mi espíritu de sus pasiones; santifica y encamina mis pensamientos errantes y ciegos; regula y dirige mis sentidos; líbrame de la detestable e infame tiranía de las inclinaciones y pasiones impuras; anula en mí el imperio de mi pecado; da la sabiduría y el discernimiento a mi espíritu en tinieblas, miserable, para que me corrija de mis faltas y de mis caídas, y así, libre de las tinieblas del pecado, sea hallado digno de glorificarte, de cantarte libremente, verdadera madre de la verdadera Luz, Cristo Dios nuestro. Pues sólo con Él y por Él eres bendita y glorificada por toda criatura, invisible y visible, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
sábado, 2 de junio de 2012
Mensaje del 2 de junio de 2012 en Medjugorje, Bosnia-Herzegovina
"Queridos hijos, continuamente estoy entre ustedes, porque con mi infinito amor, deseo mostrarles la puerta del Paraíso. Deseo decirles cómo se abre: por medio de la bondad, de la misericordia, del amor y de la paz, por medio de mi Hijo. Por lo tanto, hijos míos, no pierdan el tiempo en vanidades. Solo el conocimiento del amor de mi Hijo puede salvarlos. Por medio de este amor salvífico y del Espíritu Santo, Él me ha elegido y yo, junto a Él, los elijo a ustedes para que sean apóstoles de su amor y de su voluntad. Hijos míos, en ustedes recae una gran responsabilidad. Deseo que ustedes con su ejemplo, ayuden a los pecadores a que vuelvan a ver, a que enriquezcan sus pobres almas y a que regresen a mis brazos. Por lo tanto: oren, oren, ayunen y confiésense regularmente. Si el centro de su vida es comulgar a mi Hijo, entonces no tengan miedo, todo lo pueden. Yo estoy con ustedes. Oro cada día por los pastores y espero lo mismo de ustedes. Porque, hijos míos, sin su guía y el fortalecimiento que les viene por medio de la bendición, no pueden hacer nada. ¡Les agradezco!"
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